Es ésta una de las advocaciones más populares de la Virgen María. Tiene su origen en el Monte Carmelo donde un grupo de judíos que seguían las enseñanzas de los profetas Elías y Eliseo, oyendo la predicación de San Pedro abrazaron la fe cristiana y levantaron una ermita a la Virgen en la cumbre del Carmelo. En tiempos de las cruzadas pasaron a Europa y se transformaron en la Orden Carmelita. La Virgen del Carmen fue declarada por el general José de San Martín "Patrona del Ejército de los Andes". Después de los triunfos de Chacabuco y Maipú, el Libertador entregó su bastón de mando a la "Patrona y Generala Nuestra Madre y Señora del Carmen", por la "decidida protección que prestó al Ejército de los Andes", y como testimonio del "mando supremo que ella tiene sobre dicho Ejército".