Viernes 26 de abril de 2024

Valiente testimonio de una mujer que dio la vida por su hija

  • 6 de marzo, 2015
  • Buenos Aires (AICA)
El Movimiento de los Focolares en la Argentina realizará una jornada en conmemoración de los 30 años del fallecimiento de Cecilia Perrín, una joven madre que ofreció la vida para salvar a su hija, apenas en gestación cuando le fue diagnosticado cáncer. El encuentro será el domingo 8 de marzo, a las 10.30, en la Mariápolis Lía, ubicada en la localidad bonaerense de O?Higgins.
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El Movimiento de los Focolares en la Argentina realizará una jornada en conmemoración de los 30 años del fallecimiento de Cecilia Perrín, una joven madre que ofreció la vida para salvar a su hija, apenas en gestación cuando le fue diagnosticado cáncer.

Cecilia Perrín era miembro del movimiento focolarino y desde esa fuente de espiritualidad, acompañada por su familia y toda su comunidad, dio testimonio de las virtudes cristianas con una heroicidad que ha llevado a seguir un proceso de canonización. Tanto ella como su padre, Manuel Perrín, fueron declarados siervos de Dios.

Los Focolares se encontrarán el domingo 8 de marzo, a las 10.30, en la Mariápolis Lía, en la localidad bonaerense de O?Higgins. En otras partes del país se celebrarán misas en recordación de la sierva de Dios.

Este acto fue el fruto de un compromiso que abarcaba toda su vida, como lo expresan los escritos que han quedado como legado y la coincidencia de compartir con su padre Manolo Perrin, el haber sido declarados Siervos de Dios. Todo un signo de la radicalidad con la que ambos han vivido la propuesta de Chiara Lubich cuando invitaba a quienes se sumaban al Movimiento a "hacerse santos juntos.

La biografía de la joven
María Cecilia Perrín nació en Punta Alta, provincia de Buenos Aires, el 22 de febrero de 1957, hija de Angelita y Manuel Perrín. Fue la tercera de cinco hermanos: María Inés y Jorge, los mayores; Eduardo y Teresa, los menores. Estudió en el Instituto Canossiano Sagrado Corazón, donde también dejó fuertes testimonios de santidad entre sus compañeras.

El ámbito familiar en el cual se desenvuelve la vida de la joven Cecilia es de profundas raíces cristianas. En su familia, caló muy profundamente la espiritualidad de Chiara Lubich: fueron de las primeras familias que adhirieron al Movimiento de los Focolares en Punta Alta y Cecilia una de las primeras "gen".

El 20 de mayo de 1983, luego de dos años de noviazgo, Cecilia contrajo matrimonio con Luis Buide. En febrero de 1984, embarazada, se le diagnosticó cáncer. Tomó la firme decisión de aceptar la voluntad de Dios y se apoyó en cuatro pilares: su profunda fe, su amor a "Jesús Abandonado", el afecto de su esposo, familiares y amigos; y la fuerza de la unidad con quienes compartían su ideal de vida.

El diagnóstico era irreversible. No obstante, había una gran alegría por la ilusión de la nueva vida que llegaría. Los médicos consideran realizar un "aborto terapéutico" para salvar la vida de Cecilia. Ella se negó rotundamente y, sabiendo que era imposible su supervivencia luego de dar a luz, pronuncia su ?sí? con serenidad y claridad al Señor.

Ella escribe: "Hoy le pude decir a Jesús que sí. Que creo en su amor más allá de todo y que todo es amor de Él. Que me entrego a Él". El 1º de marzo de 1985, con 28 años, falleció.

Sus restos mortales descansan en la Mariápolis Lía en O´Higgins, Buenos Aires, por expreso pedido de ella, para que aquellos que la fueran a ver, encontraran un lugar de alegría y esperanza y no de muerte y desolación.

Su fama de santidad, su heroicidad en la entrega, su ejemplo de vida cristiana y muchas gracias que fueron escuchadas y concedidas han hecho que se comience su causa de canonización. El 10 de noviembre de 2005, la Santa Sede la declaró sierva de Dios, dando el consentimiento para que se inicie su causa de beatificación y canonización.+