Urge revalorizar el significado del domingo como Día del Señor
- 7 de abril, 2013
- Santa Fe
El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, advirtió que "la debilidad de nuestras comunidades es una falta de conciencia de lo que es celebrar la fe" y recordó que "en la celebración de la santa misa cada domingo en nuestra comunidades se hace presente, se actualiza, para nosotros y el mundo el triunfo pascual de Jesucristo, que es la expresión mayor del amor de Dios: ?que tanto nos amó que nos entregó a su Hijo único?". "Esto es lo que celebramos, lo que nos debe llenar de alegría y gratitud, como de compromiso. No somos dueños de lo que celebramos, sino discípulos y misioneros de la obra de Dios", precisó. Por esto, consideró que "debemos volver a valorizar el significado del domingo como el Día del Señor. Cuando Dios ocupa su lugar y presencia en nuestras vidas todo comienza a ordenarse, diría a jerarquizarse. El domingo es, además de un justo día de descanso: ?un día que se debe santificar mediante una caridad efectiva, dedicando especial atención a la
"Podemos decir que para ellos una fe que no se celebre, sería una fe que no los hace partícipes de la vida y la obra de Jesucristo. Cuando pasamos de esta conciencia con la que los primeros cristianos vivían su fe a nuestra realidad, encontramos diferencias que deberíamos examinar. Para ellos, la celebración del Día del Señor, del domingo, tenía un profundo significado que orientaba sus vidas", subrayó en su alocución semanal por radio.
"El encuentro con el Señor no era sólo un acto de piedad personal, sino que era saberse miembro de una comunidad que había recibido un mensaje que debían vivir y trasmitir. No partían de ellos, de sus gustos y sus tiempos, sino de la presencia del Señor que los convocaba y se sentían destinatarios de su amor y misioneros de su evangelio para sus hermanos", agregó.
Tras considerar que "la debilidad de nuestras comunidades es una falta de conciencia de lo que es celebrar la fe", recordó que "en la celebración de la santa misa cada domingo en nuestra comunidades se hace presente, se actualiza, para nosotros y el mundo el triunfo pascual de Jesucristo, que es la expresión mayor del amor de Dios: ?que tanto nos amó que nos entregó a su Hijo único?".
"Esto es lo que celebramos, lo que nos debe llenar de alegría y gratitud, como de compromiso. No somos dueños de lo que celebramos, sino discípulos y misioneros de la obra de Dios", precisó.
Por esto, el arzobispo santafesino estimó que "debemos volver a valorizar el significado del domingo como el Día del Señor. Cuando Dios ocupa su lugar y presencia en nuestras vidas todo comienza a ordenarse, diría a jerarquizarse. El domingo es, además de un justo día de descanso: ?un día que se debe santificar mediante una caridad efectiva, dedicando especial atención a la familia y a los parientes, así como también a los enfermos y los ancianos, es un tiempo propicio para la reflexión que favorece el crecimiento de la vida interior?".
"Como vemos, un cristiano en torno a la celebración del domingo debería recuperar el sentido profundo de su fe y, desde ella, iluminar y organizar su vida en las diversas dimensiones y compromisos que debe asumir. La fe no debe caminar al margen de la vida social, laboral o política del cristiano. Recuperar el sentido de la celebración del domingo es un hecho religioso, pero también un hecho cultural", concluyó.+
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