Viernes 26 de abril de 2024

Un colegio y una parroquia construyeron una iglesia en una villa de Isidro Casanova

  • 4 de junio, 2015
  • Isidro Casanova (Buenos Aires)
El colegio parroquial San Juan XXIII y la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Ramos Mejía, donaron fondos para la construcción de una iglesia en el Barrio 17 de Marzo de la localidad bonaerense de Isidro Casanova, donde más de 80 familias numerosas viven hacinadas y golpeadas por la pobreza, las drogas, la prostitución y la muerte. No obstante, muchas personas encontraron en la fe un punto de apoyo y contención social, por eso la construcción e inauguración -aunque le faltan algunos detalles- de la capilla bajo la advocación de Nuestra Señora de la Esperanza en el interior del barrio, fue recibida con alegría.
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El colegio parroquial San Juan XXIII y la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Ramos Mejía, donaron fondos para la construcción de una iglesia en el Barrio 17 de Marzo de la localidad bonaerense de Isidro Casanova, donde más de 80 familias numerosas viven hacinadas y golpeadas por la pobreza, las drogas, la prostitución y la muerte.

"Acá ni siquiera Jesús quiere entrar", dijo en broma una vecina del asentamiento de avenida Crovara y Ruta 3, al graficar la realidad dura que le toca vivir.

No obstante, muchas personas encontraron en la fe un punto de apoyo y contención social, por eso la construcción e inauguración -aunque le faltan algunos detalles- de la capilla bajo la advocación de Nuestra Señora de la Esperanza en el interior del barrio, fue recibida con alegría.

"No quiero decir nada, pero la gente ve que la iglesia está linda y pide acá el casamiento por ejemplo? Estuvimos dando fechas para casamientos", se alegra María, una de las colaboradoras del templo.

La mujer aseguró que la capilla se convirtió en punto de encuentro y hasta allí llegan vecinos de otros barrios de la zona. "Viene gente de todos lados. Tenemos a Puerta de Hierro, San Petersburgo, San Alberto? hasta de 22 de Enero vienen chicos a catequesis acá", destacó.

"La otra iglesia era más chiquita y no entraba mucho la gente. Ahora sí, ahora entran todos, se re llena, vienen de todos lados? Está bueno", agregó Micaela, una adolescente de 15 años que se desempeña como catequista.

El licenciado Carlos Alcaro, representante legal del colegio San Juan XXIII, aseguró que "es increíble ver hoy el resultado de lo que hace un tiempo era un proyecto que parecía tan lejano, y es admirable el trabajo de las personas en este lugar".

En tanto, el presbítero Pablo Zanor, párroco de Nuestra Señora del Carmen, agradeció a la comunidad de Ramos Mejía y a las familias del Colegio porque "a fin de cuentas, esta obra se pudo lograr gracias al esfuerzo de todos ellos".

Cómo nació el proyecto
Carla Mariel Vara, responsable de Relaciones Institucionales del Colegio Parroquial San Juan XXIII, explicó que la institución educativa comenzó hace varios años con una misión en el Barrio Almafuerte ?más conocido como Villa Palito?, muy cercano a 17 de Marzo.

"En esa misión, los alumnos recolectan productos que la gente necesita y llevan las donaciones a la parroquia del barrio, donde además realizan juegos y actividades de intercambio con los chicos que todas las tardes toman allí su merienda", afirmó Vara y precisó: "Esto se realiza todos los años, pero, hace alrededor de dos, el colegio junto con la parroquia, ambos a cargo del presbítero Zanor, se propusieron un objetivo más ambicioso, que consistía en meterse un poco más adentro y construir una iglesia en un barrio que en verdad la necesitaba".

Así fue que, con fondos de la institución y de la parroquia, se inició una obra que respondía al pedido del presbítero Basilicio "Bachi" Britez, que quería construir una iglesia digna para el barrio en el que creció.

"El padre Bachi un día fue a buscar un ladrillo y le ofrecieron una casa grande", recordó María, una de las colaboradoras del templo.+