Domingo 16 de noviembre de 2025

'Seamos testigos de la ternura de Dios', exhortó León XIV en la Jornada Mundial de los Pobres

  • 16 de noviembre, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En presencia de miles de personas que viven en extrema pobreza, instó a las organizaciones caritativas que los acompañaban a mantener un pensamiento crítico y a perseverar en su compromiso.
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"¡Cuántas formas de pobreza oprimen nuestro mundo!", observó el papa León XIV, "pobreza material, pero también situaciones morales y espirituales, que a menudo afectan especialmente a los más jóvenes de la sociedad". Con un denominador común: la soledad, que "nos desafía a considerar la pobreza de manera integral y nos impulsa a responder a las necesidades urgentes, pero, sobre todo, a cultivar una cultura del cuidado, precisamente para derribar el muro de la soledad".

En una basílica de San Pedro abarrotada, con una asistencia tal que unos doce mil fieles tuvieron que seguir la misa a través de pantallas gigantes instaladas en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre centró su homilía en "la única certeza ?más firme que el cielo y la tierra? de que el Señor no permitirá que se pierda ni un solo cabello de nuestra cabeza".

"En las persecuciones, los sufrimientos, el cansancio y las opresiones de la vida y la sociedad, Dios no nos abandona. Se revela como Aquel que nos defiende", explicó, añadiendo que toda "la Escritura está entretejida con este hilo conductor que habla de un Dios siempre del lado de los más necesitados: los huérfanos, los extranjeros y las viudas". Y es en Jesús donde "la cercanía de Dios alcanza la cima del amor, fuente de alegría y júbilo para los más pobres, porque vino a proclamar la Buena Nueva a los pobres y a anunciar el año de la gracia del Señor".

Estar atentos a los demás
De ahí el deseo del Papa de "estar atentos a los demás, a cada persona, dondequiera que estemos, dondequiera que vivamos, transmitiendo esta actitud ya presente en la familia, para vivirla concretamente en los lugares de trabajo y de estudio, en las diferentes comunidades, en el mundo digital, en todas partes, incluso en las periferias, convirtiéndonos en testigos de la ternura de Dios".

No cabe duda de que no hay lugar para la impotencia en un mundo desgarrado por las guerras, porque "esta globalización de la impotencia se basa en una mentira: la creencia de que la historia siempre ha sido así y no puede cambiar", afirma el sucesor de Pedro. Sin embargo, "el Señor viene a salvarnos precisamente en las convulsiones de la historia, y nosotros, la comunidad cristiana, debemos ser hoy un signo vivo de esta salvación en medio de los pobres".

León XIV extiende este llamado a los jefes de Estado y líderes nacionales, porque la pobreza llama no solo a los cristianos, sino también a quienes ocupan puestos de responsabilidad en la sociedad, instándolos a "escuchar el clamor de los pobres". "No hay paz sin justicia, y los pobres nos lo recuerdan de muchas maneras, tanto con sus migraciones como con sus clamores, a menudo sofocados por el mito del bienestar y el progreso que ignora a todos e incluso olvida a muchas criaturas, abandonándolas a su suerte".

Si bien exige responsabilidades a los poderosos, el obispo de Roma, por otro lado, agradece a las organizaciones benéficas, a los voluntarios y a "todos aquellos que trabajan para aliviar las condiciones de vida de los más desfavorecidos", animándolos a "ser una conciencia más crítica en la sociedad", porque "la cuestión de los pobres es fundamental para nuestra fe, ya que para nosotros son la carne misma de Cristo y no simplemente una categoría sociológica".

León XIV reitera su llamado al compromiso, evitando "una vida ensimismada o una intimidad religiosa que se traduzca en desapego de los demás y de la historia". Por el contrario, explica, "buscar el Reino de Dios implica el deseo de transformar la convivencia humana en un espacio de fraternidad y dignidad para todos, sin excepción. El peligro de vivir como viajeros distraídos, indiferentes al destino final y desinteresados ??en quienes comparten nuestro camino, está siempre presente", lamenta.

San Benito José Labre
Este Reino es también el "día del Señor", que se acerca a cada persona en la venida del Hijo de Dios, el "sol de justicia", que se abre paso en los dramáticos acontecimientos de la historia.

Este es el día "en que la esperanza de los pobres y humildes recibirá una respuesta definitiva del Señor, como un alba que trae consigo un sol de justicia, y en que la obra de los malvados, con su injusticia, especialmente en detrimento de los indefensos y los pobres, será erradicada y consumida como paja". Esta certeza, subraya el Papa, debe hacer que el discípulo sea "más perseverante en su testimonio y más consciente de que la promesa de Jesús sigue viva y fiel".

Por último, León XIV invocó la intercesión de María, pero también la de San Benito José Labre, quien, "por su vida como 'vagabundo de Dios', posee las características para ser el santo patrono de todos los pobres sin hogar".+