Viernes 22 de noviembre de 2024

Prevención y protección para erradicar la violencia contra las mujeres, pide el Papa

  • 26 de noviembre, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El pontífice recibió este sábado a la Dirección Central Anticrimen italiana, a raíz del lanzamiento de la edición 2022 de la campaña "Esto no es Amor", contra la violencia contra las mujeres.
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Justicia rápida, prevención y protección, educación y acompañamiento en todas las etapas, seguridad frente a amenazas y reincidencias, son los puntos claves para combatir la violencia contra las mujeres que el papa Francisco indicó este sábado, a los miembros de la Dirección Central Anticrimen de la policía italiana a los que recibió en la Sala Clementina del Vaticano.

Durante el encuentro el Santo Padre agradeció el servicio que prestan cada día a la sociedad y resalta la responsabilidad institucional del organismo en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y niñas.

Un día después de la Jornada Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, el pontífice expresó su alegría por la coincidencia de la fecha, pues este año el tema es, dice, "un llamamiento a unirse en la lucha para liberar a las mujeres y las niñas de las distintas formas de violencia, que lamentablemente son permanentes, extendidas y transversales respecto al cuerpo social". 

Mujeres que ayudan a otras mujeres
Agradeciéndoles su trabajo cotidiano, el Papa lamenta que las noticias contienen muchas veces episodios de violencia contra mujeres y niñas. Y ustedes, les dijo, "son un punto de referencia institucional para contrarrestar esta dolorosa realidad. Hay muchas mujeres entre ustedes, y esto es un gran recurso: mujeres que ayudan a otras mujeres, que pueden entenderlas mejor, escucharlas, apoyarlas. Imagino lo exigente que debe ser para ustedes, como mujeres, soportar interiormente el peso de las situaciones que encuentran y que las implican humanamente. Pienso en lo valiosa que es una preparación psicológica específica para este trabajo".

Añadió el pontífice la importancia de la preparación espiritual, "porque solo en un nivel profundo se puede encontrar y apreciar una serenidad y una calma que permitan transmitir confianza a quienes son presa de una brutal violencia". Esa fuerza interior que Jesucristo nos muestra en su Pasión, y que comunicó a tantas mujeres cristianas, algunas de las cuales veneramos como mártires: desde Ágata y Lucía hasta María Goretti y Sor María Laura Mainetti".

La responsabilidad institucional y la justicia
El Obispo de Roma apunta que "las mujeres no solo se encuentran solas ante determinadas situaciones de violencia, sino que luego, cuando se denuncia el caso, no obtienen justicia, o los plazos de esta son demasiado largos, interminables". 

"Aquí es donde debemos estar atentos y mejorar, sin caer en el justicialismo: ¡no! El Estado debe garantizar el acompañamiento del caso en todas sus fases y que la víctima pueda obtener justicia lo antes posible.  Asimismo, hay que 'salvar' a las mujeres, es decir, garantizar que estén a salvo de las amenazas actuales y también de la reincidencia, que por desgracia es frecuente incluso después de una posible condena".

Una vez más, el pontífice les agradeció que la reunión llame la atención sobre el Día Internacional de Erradicación de la Violencia contra la Mujer, "que, insiste, nos llama a unirnos para luchar contra todas las formas de violencia contra las mujeres".

"En efecto, para ganar esta batalla, no basta con un organismo especializado, por muy eficaz que sea; no basta con luchar y emprender las acciones represivas necesarias. Debemos unirnos, colaborar, trabajar en red: ¡y no solo una red defensiva, sino sobre todo una red preventiva! Esto es siempre decisivo cuando se trata de eliminar una lacra social que también está ligada a actitudes culturales, mentalidades arraigadas y prejuicios".

El Santo Padre espera que los integrantes de la Dirección Central Anticriminal puedan convertirse en un testimonio. "También actúan como un estímulo en el cuerpo social: un estímulo para reaccionar, para no resignarse, para actuar". "Es una acción ante todo de prevención”. 

“Pensemos en las familias, subrayó Francisco. “Hemos visto que la pandemia, con el aislamiento forzoso, exasperó desgraciadamente ciertas dinámicas dentro del hogar". "Las exasperó, no las creó: a menudo se trata de tensiones latentes, que pueden resolverse de forma preventiva en el ámbito educativo. Esta, diría yo, es la palabra clave: educación. Y aquí no se puede dejar sola a la familia. Si las familias se llevan la peor parte de los efectos de la crisis económica y social, y no se las apoya adecuadamente, no puede sorprendernos que allí, en el ambiente doméstico, cerrado, con tantos problemas, estallen ciertas tensiones. Y la prevención va en esta dirección".

Los medios y la cultura hedonista 
Otro aspecto decisivo que tocó el Sucesor de Pedro fue que "si en los medios de comunicación se proponen mensajes que alimentan una cultura hedonista y consumista, en la que los modelos, tanto masculinos como femeninos, obedecen a los criterios del éxito, de la autoafirmación, de la competencia, del poder de atraer a los demás y de dominarlos, incluso aquí, no podemos entonces, hipócritamente, rasgarnos las vestiduras ante ciertos acontecimientos noticiosos".

Francisco consideró que "este tipo de condicionamiento cultural se contrarresta con una acción educativa que sitúa a la persona, con su dignidad, en el centro". Luego, evoca el modelo de Santa Josefina Bakhita, "una santa de nuestro tiempo". 

"La hermana Josefina Bakhita sufrió graves violencias en su infancia y juventud; se redimió plenamente aceptando el Evangelio del amor de Dios y se convirtió en testigo de su poder liberador y sanador. Pero no es la única: hay muchas mujeres, algunas son "santas de la puerta de al lado", que fueron curadas por la misericordia, la ternura de Cristo, y con sus vidas dan testimonio de que no hay que resignarse, de que el amor, la cercanía, la solidaridad de las hermanas y hermanos puede salvarnos de la esclavitud". 

Por eso el Papa aconsejó que a los jóvenes de hoy se les propongan estos testimonios. "En las escuelas, en los grupos deportivos, en los oratorios, en las asociaciones, presentemos historias reales de liberación y de curación, historias de mujeres que han salido del túnel de la violencia y que pueden ayudar a abrir los ojos a los escollos, a las trampas, a los peligros que se esconden detrás de los falsos modelos de éxito".+