Miércoles 24 de abril de 2024

Nuestras comunidades renacen en el Espíritu: en armonía, pobreza y paciencia

  • 14 de abril, 2015
  • Ciudad del Vaticano
"¿Qué frutos trae el Espíritu Santo en una comunidad?", se preguntó el Pontífice, esta mañana, en la homilía de la misa matutina celebrada en la capilla de Casa Santa Marta. Francisco centró su reflexión en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que describe la vida de la primera comunidad de cristianos. El Santo Padre concluyó aconsejando que pidamos a Dios, para nuestras comunidades, la gracia de la armonía, la pobreza y la paciencia.
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El papa Francisco celebró esta mañana su habitual misa en la capilla de la Casa Santa Marta. Este martes centró la reflexión de su homilía en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que describe la vida de la primera comunidad de cristianos.

Hay, dijo Francisco, dos signos de "renacimiento de una comunidad". El primer signo es la armonía.

"La comunidad renacida o de los que renacen en el Espíritu tiene esta gracia de la unidad, la armonía. El único que nos puede dar la armonía es el Espíritu Santo, porque él también es la armonía entre el Padre y el Hijo, es el don que hace la armonía.

El segundo signo es el bien común, es decir: ´No había entre ellos ningún necesitado, nadie consideraba propiedad suya lo que le pertenecía´, estaba al servicio de la comunidad. Sí, algunos eran ricos, pero para servir. Estos son dos signos de una comunidad que vive en el Espíritu".

Esto, señaló el Papa, es un paso "curioso", porque "poco después empiezan" algunos problemas en la comunidad, por ejemplo, la entrada de Ananías y Safira que tratan de "engañar a la comunidad".

"Estos son los dueños de los benefactores que se acercan a la Iglesia, entran para ayudarla y usar a la Iglesia para sus propios negocios.

Luego están las persecuciones que fueron anunciadas por Jesús. La última de las Bienaventuranzas de Mateo: ´Bienaventurados cuando los insulten, los perseguirán por mi causa. Alégrense´. Y así se leen tantas persecuciones de esta comunidad. Jesús promete esto, promete muchas cosas hermosas, la paz, la abundancia: ´Tendrán cien veces más con las persecuciones´".

En la "primera comunidad renacida por el Espíritu Santo -recordó Francisco- hay esto: la pobreza, el bien común, pero también los problemas, dentro y fuera". Problemas dentro, como "esa pareja de negociantes, y fuera, las persecuciones".

Pero Pedro dice a la comunidad que no se sorprenda por estas persecuciones, porque es "el fuego que purifica el oro". Y la comunidad renacida por el Espíritu Santo se purifica precisamente "en medio de las dificultades, de las persecuciones".

Existe, pues, un tercer signo de un renacer de la comunidad: "la paciencia al soportar: soportar los problemas, soportar las dificultades, soportar las maledicencias, las calumnias, soportar las enfermedades, soportar el dolor" de la pérdida de un ser querido.

La comunidad cristiana, prosiguió, "demuestra que renació en el Espíritu Santo, cuando es una comunidad que busca la armonía", no la división interna; "cuando busca la pobreza", "no la acumulación de riquezas para sí, porque las riquezas son para servir". Y cuando "no se enfada inmediatamente ante las dificultades y se siente ofendida", sino que es paciente como Jesús.

"En esta segunda semana de Pascua, durante la cual celebramos los misterios pascuales, nos hará bien pensar en nuestras comunidades, ya sean diocesanas, parroquiales, familiares o muchas otras, y pedir la gracia de la armonía que es más que unidad -la unidad armoniosa, la armonía, que es el don del Espíritu-, pedir la gracia de la pobreza -no de la miseria, de la pobreza: ¿qué significa? Que tengo lo que tengo y tengo que gestionarlo bien por el bien común y con generosidad- y pedir la gracia de la paciencia, de la paciencia".

El Señor, concluyó, "nos haga entender a todos que no sólo cada uno de nosotros recibió esta gracia de renacer en el Espíritu en el Bautismo, sino también nuestras comunidades".+