Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Ojea dio gracias a las personas que lo acompañaron en sus 50 años de sacerdote

  • 27 de noviembre, 2022
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
En una misa por sus bodas de oro sacerdotales, el prelado sanisidrense mencionó etapas de su camino vocacional. Entre otros, agradeció a uno de sus formadores, el cardenal Pironio. Carta del Papa.
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El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, presidió una misa el 25 de noviembre en la catedral local, en la que dio gracias a quienes "estuvieron al lado, y tuvieron la paciencia de escucharme, de ayudarme, de acompañarme” en estos 50 años de ministerio sacerdotal.

La Eucarístía fue concelebrada por los obispos auxiliares Guillermo Caride y Raúl Pizzarro, y por presbíteros del clero diocesano, y contó además con la presencia del nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk.

Monseñor Ojea comenzó la homilía agradeciendo a quienes se unieron a la misa por las bodas de oro de su ordenación como sacerdote, e hizo extensivo el agradecimiento a “mis hermanos diáconos, a mis hermanos sacerdotes, a mis hermanos obispos”. 

En clave de gratitud, el prelado sanisidrense fue mencionando y recordando distintas etapas de su camino vocacional hacia el sacerdocio, e hizo especial mención al Siervo de Dios Eduardo Pironio -rector durante su paso por el Seminario -como uno de los sacerdotes que marcó su formación, expresando: “Cuando uno estaba con él, nada era convencional; cuando lo conocí, tenía 42 años y estaba en una enorme plenitud apostólica y contemplativa; Pironio sabía cómo transmitir la alegría de ser sacerdote". 

Monseñor Ojea continuó remarcando la importante presencia de quienes acompañaron su ministerio sacerdotal, y reconoció: "No sé si yo hubiera podido caminar sin esas personas que estuvieron al lado, y que tuvieron la paciencia de escucharme, de ayudarme, de acompañarme”. 

Al referirse a la importancia que tuvieron las comunidades en su formación, el obispo expresó: "Es impresionante cómo el pueblo mismo forma al sacerdote, el pueblo nos ubica acerca de dónde estar y para qué estar", y recordó a algunas situaciones por las que pasó siendo párroco.

Monseñor Ojea agradeció especialmente al obispo emérito de San Isidro, monseñor Alcides Jorge Pedro Casaretto, y al fallecido monseñor Miguel Ángel D'Annibale, quienes -dijo- lo recibieron "con gran calidez" a su llegada a la diócesis de San Isidro, y también a quienes integran actualmente el clero diocesano. 

Hacia el final de su mensaje, el obispo sanisidrense agradeció a quienes estuvieron presentes en la celebración, y pidió: poder "unirnos a esta oración filial de Jesús y pedirle a Él que nos enseñe a dar gracias de verdad”.

"Por mi lado, tengo que darlas necesariamente, pero también quiero pedirles a ustedes que me ayuden a dar gracias", afirmó, para fundamentar su petición. 

El papa Francisco hizo llegar una carta para la ocasión, que fue leída durante la misa por monseñor Caride. 

Luego de la bendición de los obispos, se proyectó un video en el que se reunieron testimonios y recuerdos de quienes compartieron el camino sacerdotal de monseñor Ojea. 

Al culminar la celebración, se invitó a los presentes a continuar festejando, en una cena comunitaria organizada sobre una de las calles laterales de la catedral.+