El obispo de San Isidro reflexionó sobre la parábola del propietario de la viña, a la que consideró "una invitación a convertir el corazón y a buscar incluir a todos". Invitó a rezar por el Sínodo.
"Cuando podemos perdonar de corazón, cuando nos ponemos en el lugar del otro, cuando tomamos distancia; verdaderamente nos sentimos hombres libres", aseguró el obispo de San Isidro.
El obispo de San Isidro aseguró que el primer paso es la humildad y el último "sentirnos responsables de nuestros hermanos; también, en aquellas cosas que pueden estar mal, el hacernos cargo".
El obispo de San Isidro exhortó a no perder la "sensibilidad cristiana verdadera" mirando para otro lado, y advirtió sobre el riesgo de "pactar, casi sin darse cuenta, con la cultura del descarte".