Domingo 24 de noviembre de 2024

Mons. Moon: "Una puerta a un mundo diferente"

  • 25 de agosto, 2021
  • Venado Tuerto (Santa Fe) (AICA)
El obispo coadjutor de Venado Tuerto invitó a "renovar nuestra fe en esa plena comunión en cuerpo, alma y corazón en cada eucaristía".
Doná a AICA.org

En su reflexión de este domingo 21 durante el año, el obispo coadjutor de Venado Tuerto, monseñor Han Lim Moon mencionó al grupo de seguidores que se apartó de Jesús: “Había tres grupos. Uno que era una especie de simpatizantes, interesados porque veían que Jesús hacía multiplicación de los panes y Jesús dijo que no busquen el pan perecedero, sino el pan que da la vida eterna. Esos simpatizantes en seguida se fueron porque pensaban que Jesús estaba loco”.

“Los segundos seguidores eran discípulos sin demasiado compromiso. Cualquier cosa que no les gustaba bajaban el dedo. A partir de esta afirmación de Jesús, ‘si comen mi carne y beben mi sangre’, muchos seguidores dejaron de seguirlo y lo abandonaron. Imagínense, Jesús tenía 5 mil hombres que lo seguían, perdió todo y se quedó con 12. Hizo una pregunta riesgosa: ‘¿Ustedes también quieren irse?’”, reparó.

En ese sentido, advirtió el riesgo de dejar al Señor y “elegir a otra persona u otra cosa”. “Jesús es el que nos hace libres”, objetó.

“Cuando uno confía en el Señor con toda su fuerza, se le abre una puerta a un mundo diferente”, expresó. Y ejemplificó: “Supongamos que viene de Europa una pareja que se casa y tiene hijos acá. Y cada uno va contando cómo era su pueblo. Los hijos confían en lo que dice mamá o papá sin haber ido en ese lugar, sabe lo que hay en ese pueblo. ¿Por qué lo sabe? Porque la confianza que puso en su papá o mamá le traslada el mismo pensamiento”.

De la misma forma, explicó: “Cuando uno confía plenamente en Jesús, Él nos cuenta todo lo que Jesús vio en la casa de Dios Padre. Entonces Jesús nos muestra un mundo desconocido para nosotros”.

Para concluir, subrayó: “Jesús viene a revelar la buena noticia del amor de Dios a nosotros”, pero aclaró que “la fe es un regalo de Dios”.  Y terminó con una invitación a “renovar nuestra fe en esa plena comunión en cuerpo, alma y corazón en cada eucaristía”.+