Viernes 22 de noviembre de 2024

Mons: Mestre llamó a "preguntarnos cuáles son nuestras lepras espirituales"

  • 13 de octubre, 2022
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata pidió confiar en Dios y con humildad pedir la sanación de "todo aquello que devora, daña y consume nuestros tejidos más profundos, los del alma y el corazón".
Doná a AICA.org

En el domingo 28 durante el año, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre, ofreció los siguientes tres puntitos para reflexionar a la luz de las lecturas compartidas:

La lepra en nuestra vida
Como primer punto, el prelado recordó que en la época de Jesús, la palabra "lepra" significaba un gran número de enfermedades de la piel y quien la tenía cargaba con el peso de la dolencia física, el apartamiento afectivo de sus familiares y amigos por temor al contagio y, además, sobre el leproso pesaba el estigma de la impureza religiosa que le impedía poder rendir culto a Dios.

En ese sentido, dijo que es evidente que la Palabra de Dios “no nos pone en primer lugar en contacto con la enfermedad física, sino que nos hace pensar y reflexionar en la lepra espiritual”, es decir, "en todo aquello que devora, daña, consume nuestros tejidos más profundos, los del alma y el corazón. Lo primero será entonces, preguntarnos cuáles son nuestras lepras espirituales hoy”, continuó.

Seguidamente, animó a reflexionar acerca de “cuáles son las lepras que pueden corroer la vida de mi familia, mis amigos, mi ambiente”, o “dónde podemos encontrar lepra en la vida de la Iglesia”, o “cuáles son las lepras de la ciudad y de la patria”. 

Pedir misericordia para ser sanados en el camino
Recordando el pasaje del Evangelio de Lucas en el que los diez leprosos piden compasión y misericordia a Jesús, que es el único que puede sanarlos y devolverles la pureza total, el prelado reconoció que muchas veces la sanación de las heridas y enfermedades más profundas requieren “confianza en Dios, paciencia y fidelidad en el tiempo”. “Debemos pedir con humildad la sanación de nuestras lepras por su misericordia”, adujo.

La acción de gracias
Finalmente, se refirió a que el episodio narrado “nos revela el poder sanador de Jesús pero con el plus de enseñarnos que debemos ser agradecidos a Dios de forma directa por los múltiples regalos y beneficios que día a día nos otorga, desde el momento que fuimos concebidos”. 

“Agradecer a las muchas hermanas y hermanos que a lo largo de la vida y en la actualidad, han sido para nosotros instrumentos del Señor para que los dones de Dios lleguen a nuestra vida también por medio de ellos”, exhortó.+