Miércoles 4 de diciembre de 2024

Mons. Lugones: 'Nuestro pueblo fiel siempre va a María'

  • 24 de enero, 2024
  • Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Lomas de Zamora presidió la misa por las fiestas patronales en honor de Nuestra Señora de la Paz, en el marco del jubileo por los 160 años de la llegada de la imagen de la Virgen.
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En honor de Nuestra Señora de la Paz, la diócesis de Lomas de Zamora celebró este 23 de enero su fiesta patronal, con una misa presidida por el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ; y concelebrada por los obispos eméritos Gustavo Help y Luis Fernández; y por los sacerdotes presentes.

La celebración, que tuvo lugar en el marco del bienio jubilar (2023-2025), que conmemora los 160 años de la llegada y entronización de la imagen de la patrona del partido y la Iglesia diocesana, se llevó a cabo en la Plaza Grigera, frente a la catedral.

La misa se ofició en las vísperas del 24 de enero, día en que habitualmente se realiza, debido al paro general convocado para este miércoles por las centrales sindicales, a fin de facilitar la participación de todos los fieles de la diócesis, que abarca los partidos de Ezeiza, Esteban Echeverría, San Vicente, Presidente Perón, Almirante Brown y Lomas de Zamora.

En su homilía, el obispo recordó: “Nuestro pueblo fiel siempre va a María; ella es la que vela, cuida, anima y ve las necesidades y urgencias de sus hijos; es la intercesora ante su Hijo Jesucristo, principio y fin de la vida de los hombres, quien ha venido para ser fuente de salvación”.

Además, hizo referencia a Umma, la niña de 9 años asesinada este lunes en la localidad lomense de Villa Centenario: “Sacudidos por el sombrío temor de la inseguridad y la oscuridad de la violencia, que enceguece, mata y deja heridas abiertas, pedimos el consuelo de Dios, especialmente para la familia de Umma, para sus compañeros, para sus amigos del club Defensores de Banfield, y por la parroquia Itatí y sus vecinos”.

Ante la pregunta sobre “cómo alegrarnos con tantas tragedias y enemistades a nivel mundial, con la realidad de nuestra querida Patria en lo social, político y económico”, monseñor Lugones remarcó: “La alabanza es un levantar la mirada hacia lo más profundo, trascendente, esperanzador, que nos supera, pero nos llena de nuevo vigor, de confianza y hasta de paz”.

La réplica de la Virgen de la Paz, que está peregrinando por las parroquias de la diócesis con motivo del bienio jubilar, también estuvo presente en la misa. Como culminación de su recorrida por la vicaría de Lomas de Zamora, la imagen se encuentra este mes en la catedral y, en los próximos días, comenzará su peregrinación por la vicaría de Esteban Echeverría-Ezeiza, con la llegada a la parroquia Nuestra Señora de Lourdes (Monte Grande).

“La mediación de la Virgen de la Paz no ha cesado; la historia de tantos fieles que han pasado suplicantes frente a su imagen, es un testimonio vivo. Hoy, la Iglesia nos pide que salgamos a la variedad de periferias existenciales, al encuentro de tantas personas que necesitan la palabra, el abrazo, la escucha, la cercanía del encuentro”, remarcó el prelado, y añadió: “Ella, la Madre, camina por los barrios de nuestra diócesis, animando en la esperanza”.

Para concluir, imploró: “Madre de la Paz: enséñanos a caminar nuevamente el sendero del diálogo, hablando a tiempo, recorriendo la costosa ruta del encuentro, saliendo de nosotros mismos”.

Al término de la celebración, como cierre de la jornada festiva, se desarrolló la procesión con la imagen de la Virgen, escoltada por los bomberos voluntarios, por los alrededores de la plaza céntrica.

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