Viernes 19 de abril de 2024

Mons. Lugones alerta sobre el impacto de un ajuste en la coyuntura económica actual

  • 7 de abril, 2022
  • Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Lomas de Zamora habló con la agencia SIR de la coyuntura social y el acuerdo con el FMI. Dijo que urge defender el trabajo y abogó por "un punto de encuentro" de todos los sectores.
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El obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas), monseñor Jorge Rubén Lugones SJ, habló con la agencia de información SIR (el Servicio de Información Religiosa de la Conferencia Episcopal Italiana) sobre la coyuntura social y económica de la Argentina y cómo repercutirá el reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda monetaria.

“En la situación económica actual, los argentinos no pueden ser objeto de políticas de ajuste”, advirtió el prelado lomense en diálogo con Bruno Desidera, de la agencia SIR.

Asimismo, consideró “imprescindible que la dirigencia política en su conjunto asuma las responsabilidades institucionales que merece semejante condicionamiento”.

Tras atribuir a “la aplicación de políticas neoliberales en los últimos tiempos” la profundiza crisis social existente en el país, agravada por la pandemia del coronavirus, destacó: “En estos momentos se avizoran algunos indicios de pequeñas recuperaciones, se restablece en parte la actividad de muchos sectores del trabajo y de muchos de la economía popular, se advierten repuntes en el consumo de bienes y servicios en todos los niveles”.

“Sin embargo, la deuda social sigue siendo muy extensa, y sigue afectando muy fuertemente en especial a niños y adolescentes”, aseveró, y valoró el surgimiento de una economía popular “como un esfuerzo para que todos los argentinos tengan trabajo”. “La dignidad y el sentido que otorga el trabajo son los medios más eficaces para combatir el narcotráfico, la desnutrición y la inseguridad”, agregó.

Monseñor Lugones insistió en que “el eje central es la defensa del trabajo, amenazado por una economía cada vez más concentrada, agudizada esta situación por el impacto de la tecnología que elimina mucho más trabajo del que crea”.

“La Argentina, sumida desde hace un tiempo en conflictos permanentes, tanto políticos, como socioeconómicos, con un índice de pobreza alarmante, necesita construir un punto de encuentro donde todos los sectores, sin perder su identidad, puedan aportar al diseño de un país donde todos tengamos trabajo, donde se pueda vivir dignamente, y donde podamos recuperar el sentido de Nación sintiendo que la Argentina es nuestro hogar”, opinó.

-El Gobierno de la Argentina logró un nuevo acuerdo con el Fondo monetario internacional sobre la reestructuración de la deuda monetaria. ¿Espera pueda ser un acuerdo exitoso?
-Ningún acuerdo con el Fondo Monetario Internacional puede ser bueno en tanto condicione la actividad económica interna y las regulaciones de protección social, en especial con los altos índices de pobreza y marginalidad que tiene nuestro país. Sin embargo, es imprescindible tener un acuerdo para que el país no abandone los compromisos asumidos con los organismos de crédito, y que al mismo tiempo traiga una reestructuración que permita al Estado seguir atendiendo las necesidades de los que menos tienen.

La carga de la pobreza en nuestro país es muy grande, si bien están organizados en cooperativas, y son trabajadores de la economía popular en su mayoría, hay millones de argentinos cuyo sustento se completa con la asistencia económica del Estado. En la situación económica actual, los argentinos no pueden ser objeto de políticas de ajuste. Aparece como imprescindible que la dirigencia política en su conjunto asuma las responsabilidades institucionales que merece semejante condicionamiento.

-En una carta de la Cepas hablaron de dos deudas, monetaria y social. ¿La situación social sigue agravándose? ¿Cómo se puede describir hoy esta situación?
-La pandemia del covid 19 vino a agravar la profunda crisis social existente, resultante de aplicación de políticas neoliberales en los últimos tiempos. En estos momentos se avizoran algunos indicios de pequeñas recuperaciones, se restablece en parte la actividad de muchos sectores del trabajo y de muchos de la economía popular, se advierten repuntes en el consumo de bienes y servicios en todos los niveles. Sin embargo, la deuda social sigue siendo muy extensa, y sigue afectando muy fuertemente en especial a niños y adolescentes.

La Cultura del Encuentro propuesta por Francisco junto con los principios por él propuesto: El tiempo es superior al espacio. La unidad prevalece sobre el conflicto, La realidad es más importante que la idea, El todo es superior a las partes, nos parece el camino pertinente para transitar hacia nuestros objetivos.

Ha surgido de forma espontánea la Economía Popular como un esfuerzo para que todos los argentinos tengan trabajo. La dignidad y el sentido que otorga el trabajo son los medios más eficaces para combatir el narcotráfico, la desnutrición y la inseguridad.

-Y particularmente ¿cómo se presenta después la pandemia la situación del trabajo? ¿Las instituciones están atendiendo a este problema de manera adecuada?
-Escuchamos insistentemente que crear trabajo es la única manera de salir adelante, cambiar el paradigma del subsidio por el paradigma del trabajo. Volver a la dignidad del trabajo. Trabajo formal, registrado, que posibilite desarrollo para todos, al tiempo que realizar un abordaje integral de la economía popular  para desplegar estrategias que generen valor a gran escala dado. 

Por lo que vemos en los sectores del mundo del trabajo formal hay recuperación en algunas actividades industriales. También se advierte movimiento económico en la actividad de servicios. Pero subsisten aún muchas dificultades para el desarrollo de los actores en la economía popular. Si bien hay políticas destinadas a convertir la asistencia en puestos de trabajo todavía no se advierte que esas políticas tengan la magnitud suficiente para contrarrestar los índices de pobreza y desocupación. 

Insisto el eje central es la defensa del trabajo, amenazado por una economía cada vez más concentrada, agudizada esta situación por el impacto de la tecnología que elimina mucho más trabajo del que crea. 

La Argentina sumida desde hace un tiempo en conflictos permanentes, tanto políticos, como socio-económicos, con un índice de pobreza alarmante, necesita construir un punto de encuentro donde todos los sectores, sin perder su identidad, puedan aportar al diseño de un país, donde todos tengamos trabajo, donde se pueda vivir dignamente, y donde podamos recuperar el sentido de Nación sintiendo que Argentina es nuestro hogar.

-¿Hay espacio en Argentina por una otra economía, como sueña el Papa Francisco? ¿Ya hay signos?
-Justamente esta economía popular, sustentable, con cuidado del medio ambiente de la que venimos hablando es la del sueño del Papa Francisco.  Los movimientos sociales en argentina han crecido en organización para el diseño de cooperativas de trabajo; aún falta mucho. Los ciudadanos argentinos que están excluidos del mundo del trabajo, muchísimos quieren trabajar, aunque falta profundizar en herramientas para ello.

Hay interesantes espacios de articulación entre empresarios, industriales, sindicatos, movimientos sociales que es imprescindible consolidar.

-¿Piensa que la guerra en Ucrania pueda influir sobre la situación económica del país? ¿De qué manera?
-La guerra en Ucrania ante todo, como todo enfrentamiento bélico, es una tragedia, una tragedia humanitaria.

Seguramente, dado el lugar en que se produce y la incidencia respecto de la energía podrá acarrear dificultades a nuestro país que importa una gran cantidad de energía. Cierto es que también nuestro país es productor de alimentos que son commodities y cuyos valores a escala global están aumentando. Eso puede favorecer alguna balanza de pagos, siempre y cuando no signifique un mayor aumento en los precios internos de nuestro país que golpean más duramente a los que menos tienen.

-¿Cómo Iglesia cuáles medidas concretas se proponen? ¿Y cuáles buenas prácticas ya se actúan?
-Muchas personas en condiciones difíciles de sostener por la precariedad de su entorno, sin embargo han demostrado que son capaces de tejer lazos de pertenencia y de convivencia que convierten el hacinamiento en una experiencia comunitaria donde se rompen las paredes del yo y se superan las barreras del egoísmo. Estas experiencias de salvación comunitaria (LS) es lo que ha provocado reacciones creativas, entre la capilla, la cooperativa, el centro comunitario e incluso vecinos que se unen porque se dan cuenta que el trabajo en común es posible. 

Acompañamos muchas comunidades sobre todo del cinturón que rodea Bs As. , la capital, donde viven catorce millones de personas, sumando voluntades para cuidar la fragilidad de los pobres y aquellos que no tienen posibilidad de asociarse, hoy necesitamos como dice Francisco de estas experiencias de salvación comunitarias que nos ayuden a potenciar el amor creativo con gestos y palabras que hagan nuestra la fragilidad de las demás.

En este sentido hemos acompañado el movimiento laical “Cuidadores de la casa común” (2015). Recuperando jóvenes en vulnerabilidad psico-social proponiendo la carta del Papa Laudato Si, y capacitando para el trabajo en nueve núcleos: tierra, pesticidas naturales. Reciclado, energías renovables, cocina saludable, turismo ecológico, mimbrería, textil etc. Son cuatro mil jóvenes a lo largo de 17 provincias del país. Me tocó a mí presentar esta realización en París encuentro de la OIT (2018).

Con respecto a la “Patria grande”, como Iglesia de America Latina estamos atravesando un proceso que arranco con la Asamblea del año pasado y continua con un proceso de sinodalidad, con participación de religiosos y laicos, con un tiempo de escucha y de acción. Nuestro objeto central de acción son los dos nuevos principios que Francisco aporto a la Doctrina Social de la Iglesia: la opción preferencial por los pobres y el cuidado de la Casa Común.

Más información en www.agensir.it .+