Lunes 25 de noviembre de 2024

Mons. Lozano: "Preguntate cuál es el sueño que Dios tiene para tu vida"

  • 4 de marzo, 2021
  • San Juan (AICA)
Es la propuesta del arzobispo de San Juan de Cuyo para este tiempo de Cuaresma. "Anímate a rezarle y a pedirle a Dios que te haga un hombre y una mujer nuevos en la fe", expresó.
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El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, señaló que cuando comenzó la Cuaresma, al poner las cenizas en la cabeza, una de las fórmulas posibles era: “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás”.

“Una expresión tomada del Libro del Génesis, recordando que el primer ser humano fue creado de barro, tomado del barro con el aliento de Dios puesto en su vida; por eso podemos decir con certezas: ‘soy tierra, estoy hecho de la tierra’”, aseguró en su tercera reflexión de los miércoles del tiempo cuaresmal.

El arzobispo sanjuanino sostuvo que “esta experiencia de ser tierra la podemos simbolizar o utilizar para nuestra vida espiritual”.

“Muchas veces decimos, cuando estamos mal, que Dios nos rescata del barro, nos rescata de la tierra; nos hace experimentar no solo nuestra fragilidad sino también ese aliento de vida que Él puso en nosotros”.

“La tierra, podríamos decir, de por sí es algo incompleto; la tierra sin la semilla y el agua no es fecunda; la tierra sin el agua y el trabajo del alfarero no se transforma en algo bello. La tierra reclama siempre algo más”, profundizó, y agregó: “Nosotros, que somos tierra, también estamos incompletos, necesitamos siempre de algo más”.

Monseñor Lozano propuso tomar uno de los posibles pasajes de la Biblia, en el capítulo 64 del profeta Isaías donde dice: “Dios sueña como un alfarero, al amasar nuestra vida” y expresó: “¡qué imagen tan bonita! 

“Dios tiene un proyecto, un sueño para tu vida. Pregúntate cuál es el sueño que Dios tiene para tu vida. En este tiempo de Cuaresma, pregúntate qué es lo que Dios te está mostrando para que puedas cambiar, qué parte hay incompleta todavía en tu vida que está reclamando el trabajo de Dios, que está reclamando fecundidad”.

“Me acordaba de aquel canto que a veces rezamos en las celebraciones: ‘yo quiero ser, Señor, amado como el barro en manos del alfarero; rompe mi vida y hazla de nuevo, yo quiero ser un vaso nuevo’. Anímate a rezarle y a pedirle a Dios que te haga un hombre y una mujer nuevos en la fe”, concluyó.+