Viernes 26 de abril de 2024

Mons. Lozano dio sugerencias para animar a la esperanza

  • 15 de marzo, 2021
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo consideró que para fortalecer la esperanza hay cosas que "es imprescindible desterrar y otras que es ineludible favorecer" y ofreció sugerencias para comunicarla.
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El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, citó la carta de Cuaresma del papa Francisco, en la que destaca que la esperanza es como “agua viva” que permite continuar el camino.

“Es la virtud de quienes se reconocen peregrinos, no de los instalados en la comodidad”, sostuvo en su reflexión semanal.

“Realmente alentar en la esperanza es ir contracorriente. A veces nos resulta más cómodo quedarnos saboreando la agridulce aflicción del límite de estar tirados por el piso, que animarnos a volver a emprender el camino, aun sin la certeza de alcanzar la meta”, graficó.

El arzobispo sanjuanino consideró que para fortalecer la esperanza hay cosas que “es imprescindible desterrar y otras que es ineludible favorecer”.

“Abandonemos los gestos de amargura y las palabras de escepticismo quejoso que nunca abren horizontes. Animémonos mutuamente a soñar y construir un mundo nuevo que nos reclama como protagonistas”, pidió.

Monseñor Lozano dio algunos recomendaciones para animar a la esperanza:

  • La esperanza se comunica con la cercanía del “aquí estoy”. No se trata de proclamar discursos convincentes cargados de palabras.
  • Junto al lecho del enfermo solo y abandonado, tomarle la mano con  ternura expresa “aquí estoy”. 
  • Ante quienes perdieron todo en el terremoto, acompañar y escuchar expresa “aquí estoy”. 
  • Cuando el hambre se hace presente en los barrios, organizar un comedor o un merendero expresa “aquí estoy”. 
  • Ojalá lo digamos en plural: “aquí estamos. Aquí está la Iglesia, madre de consuelo y esperanza”. 

“La esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado”, concluyó citando la carta de San Pablo a los romanos.+

» Texto completo de la reflexión