Viernes 26 de abril de 2024

Mons. Han Lim Moon: Los cinco regalos de Jesús resucitado

  • 20 de abril, 2020
  • San Martín (Buenos Aires) (AICA)
El obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, reflexionó en el segundo domingo de Pascua, fiesta de la Divina Misericordia
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El obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, reflexionó en el segundo domingo de Pascua, fiesta de la Divina Misericordia, sobre el Evangelio y comparó la situación de los apóstoles con el actual contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio.



“Los apóstoles estaban en una situación muy similar porque su maestro y pastor había muerto. Estaban juntos, encerrados, desorientados, solos, tristes y con miedo a la muerte. En medio de este ambiente apareció Jesús resucitado. Para ellos fue un asombro grandioso, no se imaginaban ni esperaban porque era imposible que un muerto resucitara”, comenzó relatando.



Luego describió los cinco regalos que Jesús resucitado les trajo a los apóstoles: en primer lugar, la paz: “Es la paz que proviene de Jesús quien venció definitivamente la muerte. En consecuencia, ya nadie ni nada, ni siquiera la muerte, podía perturbarlos”; la alegría: “por el reencuentro con su maestro resucitado”; en tercer lugar, “la restauración de la comunión y comunidad porque Jesús Resucitado los unió y fortaleció la comunidad rota a causa de su muerte”.



Los últimos dos fueron, por un lado, “el Espíritu Santo: Jesús sopló sobre ellos su Espíritu convirtiéndolos en nuevas creaturas y en una comunidad renovada e impulsada por el mismo Espíritu”; y, por último, “la misión: el Señor los envió a continuar su obra redentora, especialmente a través del perdón de los pecados y del anuncio de esta Buena Noticia de su muerte y resurrección para la salvación de todos los hombres”.



Monseñor Moon se centró en la figura de Tomás que “se negaba a creer hasta que lo viera con sus propios ojos”, una reacción “muy razonable y comprensible porque era impensable que un muerto resucitara”. Entonces, se preguntó: “¿Cómo hacemos con nuestra misión de anunciar a Jesús resucitado a todos los hombres?”.



Para esto, recomendó tres criterios: “La resurrección de Jesús no es demostrable, ni podemos imponer nuestra fe a los demás, tampoco lo admitirían”; “proponer la fe a través de nuestro testimonio en palabras y en obras”, destacando la importancia de invitar a la comunidad; finalmente, “debemos interceder ante Dios por todos los hombres para que Jesús se muestre a cada uno de ellos y tengan la oportunidad”.+