Martes 22 de abril de 2025

Misa por el Papa en la iglesia donde Bergoglio descubrió su vocación

  • 21 de abril, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
Mons. García Cuerva celebró la Eucaristía en la parroquia San José de Flores. Allí llamó a "vivir el legado" del pontífice mediante "la unidad que tanto necesitamos".
Doná a AICA.org

El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió este lunes una misa en la basílica San José de Flores, en acción de gracias por la vida y el ministerio del papa Francisco, fallecido esta madrugada en Roma.

La celebración se llevó a cabo en el templo donde Jorge Bergoglio experimentó el llamado vocacional al sacerdocio, en su barrio natal, y fue concelebrada por el obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario de la zona Flores, monseñor Pedro Cannavó; el obispo auxiliar monseñor Alejandro Pardo, de la vicaría Belgrano; el obispo emérito de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino; y numerosos sacerdotes porteños.

"Nos reunimos para rezar por el descanso de nuestro Santo Padre Francisco. Una de las cosas que nos enseñó durante sus años de magistrado de pontificado fue que Dios nos ama con locura, mucho y que nunca se cansa de perdonarnos. Que somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón", dijo el arzobispo al iniciar la ceremonia.

"Se nos murió el padre de todos, nuestro querido papa Francisco. Como si fuese un ritual familiar, después de haber recibido el impacto de la noticia, venimos aquí, a esta basílica de San José de Flores, para como familia, como hermanos e hijos, poder venir a esta, la casa del padre, en la que despertó su vocación, en la que vivió desde chico, el barrio de su infancia", continuó.

"Casi como un ritual, volvemos los hijos para terminar de despedir a nuestro padre en la casa paterna", prosiguió.

"Volvemos con un estado de ánimo muy contradictorio. El Evangelio de hoy nos dice que era de noche pero también era el amanecer. Así esta nuestro corazón. En nuestro corazón es de noche, hay oscuridad. La oscuridad porque falleció nuestro querido papa Francisco, hay oscuridad porque hay tristeza, porque nos cuesta la pérdida y sentimos la orfandad y porque la muerte también nos genera temor, angustia", dijo.

Durante la Eucaristía, monseñor García Cuerva destacó la figura del pontífice como "una luz en medio de la oscuridad" y subrayó: "En el corazón es de noche, pero también es un poquito el amanecer. No perdemos la esperanza del encuentro".

Participaron de la celebración la vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel; el legislador Leandro Santoro; el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; y la diputada María Eugenia Vidal, entre otros referentes del ámbito político y social. También asistieron numerosos fieles y miembros de la comunidad parroquial.

El arzobispo porteño recordó que Francisco "no tapó los problemas, sino que los puso sobre la mesa, generando debates necesarios para la sociedad y para la Iglesia", y mencionó especialmente sus llamados de atención sobre el cuidado de la casa común y la inclusión de los más vulnerables.

Además, señaló que Francisco, durante sus doce años al frente de la Iglesia Católica, valoró la importancia de la juventud, a la que "invitó a soñar en grande" para "no quedarse en lo rastrero ni en el chiquitaje" sino a "transformar la sociedad".

"Francisco ha sido el Papa de la alegría", destacó y consideró que fue quien "nos invitó a compartir esa alegría del evangelio, de que Jesús está vivo, de que los cristianos no pueden tener cara de vinagre, la alegría de que no podemos hacer de la Iglesia un museo de recuerdos sino que tenemos que transmitir el evangelio, que es buenas noticias".

"Nos invitó a levantar la mirada y no quedarnos en la Iglesia de los recuerdos", expresó e hizo un llamado a la unidad: "No importa lo que piensa, no importa a quién va a votar, no importa de qué lado está. El día de la muerte del padre, démonos la mano".

En ese sentido, García Cuerva dijo que "ojalá que los argentinos, que tanto hablamos de Francisco, nos animemos a vivir su legado, viviendo la unidad que tanto necesitamos, viviendo verdaderamente como hermanos, tratándonos bien, y haciendo lo que tanto predicó Francisco: la revolución de la ternura".

Como sacerdote, Bergoglio regresó muchas veces al templo de Flores para celebrar los oficios de Semana Santa y acompañar a los fieles del barrio.+