Mons. García Cuerva: 'Jesús nos vuelve a decir que crucemos a la otra orilla'
- 25 de junio, 2024
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires consideró: "Es más tiempo de silencio que de consignas que nos dividen", y estimó que, "si hacemos verdaderamente silencio en el corazón", podremos escucharlo una vez más.
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, alentó a "cruzar a la otra orilla", y consideró: "En el contexto que vivimos, cruzar a la otra orilla es animarnos a darnos otra oportunidad. Creo que cruzar a la otra orilla es volver a creer en su palabra, volver a creer que tenemos que animarnos a soñar juntos".
"Cruzar a la otra orilla es imaginar la otra orilla como un horizonte, que puede ser un poco el proyecto del reino de Dios del que hablábamos la semana pasada. Y buscar, para nuestra Argentina, otra oportunidad. Cruzar a la otra orilla quizás sea dar vuelta la página y animarnos a dar el paso. El paso, una vez más hacia la unión de los argentinos. No quedarnos en la lamentación de que el sol se está escondiendo en el atardecer, sino buscar la otra orilla es también como un paso de esperanza", puntualizó en la homilía dominical.
"Alguno podrá quedarse en el lamento de las tinieblas que empiezan a ganar, otros, y espero que seamos muchos, nos animamos a escuchar la voz del Señor, y volvemos a apostar: 'Vamos a la otra orilla'".
En otro pasaje de su reflexión, el arzobispo también animó a dar el paso, y planteó: "Quizás nosotros tengamos que dejar prejuicios, tengamos que dejar preconceptos, tengamos que dejar resistencia a los cambios, tengamos que dejar de lado el 'siempre se hizo así', tengamos que dejar de lado los ideologismos, que lo único que han logrado hasta ahora es lastimarnos como hermanos".
La escena transcurre "en medio de una tormenta de agua, pero creo que nosotros podemos aplicarlo a la vida propia, y decir que 'tenemos una tormenta económica, una tormenta social', pero creo que, por sobre todas las cosas, tenemos una tormenta en los vínculos, una tormenta de fraternidad", evaluó.
"Estamos en medio de enormes conflictos, muchos de ellos son afectivos, otros ideológicos, otros sociales, y sentimos que vamos y venimos. Como nos sucede cuando uno está en una tormenta de agua en el mar, sentís que subís y que bajás. Y entonces, creo que, así como el agua va inundando la barca, tenemos que reconocer también que a nosotros, en estos años, nos ha ido inundando el odio. Nos ha ido inundando el rechazo y la intolerancia", describió.
Monseñor García Cuerva afirmó que "somos responsables de toda el agua que nos entró en la barca; de todo el odio, de todos los prejuicios, de toda la mala onda, de toda la falta de fraternidad que nos fue inundando nuestras vidas".
"Por eso, quizás es a nosotros, Señor, a quienes no nos ha importado aplicar el Evangelio y vivirlo todos los días en nuestros vínculos, y por eso nos tratamos tan mal. Y Jesús estaba durmiendo y se despierta, y yo creo que Jesús se despierta para despertarnos, se despierta para que reaccionemos. Se despierta para que nos demos cuenta de que Él acompaña nuestra vida. Se despierta para demostrarnos, una vez más, que no hay tormenta social, económica, política, no hay tormenta de fraternidad o de falta de fraternidad que pueda ahogarnos, si realmente recurrimos a Él y vivimos el Evangelio", graficó.
"Para que reaccionemos, para que nos demos cuenta, una vez más, de que nos necesitamos. Que, para llegar unidos a la otra orilla, no tenemos que pelearnos y ver al otro como mi enemigo. Creo que, en todo caso, es tiempo de hacer más silencio que cánticos provocativos en las misas. Creo que es más tiempo de silencio que de consignas que nos dividen. Y, si hacemos verdaderamente silencio en el corazón, escucharemos una vez más, en lo profundo del alma de nuestro pueblo, a Jesús, que nos vuelve a decir: 'Crucemos a la otra orilla'", concluyó.+