Jueves 28 de marzo de 2024

Marcha de la Esperanza, una intrépida manifestación de la fe marplatense

  • 9 de diciembre, 2013
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
Con el lema "Madre, cuida la fe de tu pueblo que camina", este domingo se desarrolló en Mar del Plata una nueva edición de la Marcha de la Esperanza, que unió la gruta de Lourdes, en la zona portuaria, con la catedral de los santos Pedro y Cecilia, en lo que fue una multitudinaria peregrinación acompañada por la inclemencia del tiempo. El papa Francisco se hizo presente por medio de un mensaje grabado, y el obispo diocesano, monseñor Antonio Marino, insistió en que "una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma". Exhortó a revitalizar la fe comunicándola a los demás.
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Con el lema "Madre, cuida la fe de tu pueblo que camina", este domingo se desarrolló en Mar del Plata una nueva edición de la Marcha de la Esperanza, que en esta ocasión unió la gruta de Lourdes, en la zona portuaria, con la catedral de los santos Pedro y Cecilia, en lo que fue una multitudinaria peregrinación acompañada por la inclemencia del tiempo y en el marco del 40º aniversario de esta actividad impulsada por el siervo de Dios cardenal Eduardo Pironio, segundo obispo de esta diócesis.

La intensa lluvia que azotó a la ciudad no frenó a los peregrinos que, muchos de ellos empapados, continuaron caminando junto a la Virgen por los barrios de la ciudad balnearia, en un trayecto que se extendió por cerca de cuatro horas. "Fue una marcha emotiva, alegre, significativa, una verdadera fiesta de fe y entrega", resumieron los organizadores.

La Marcha de la Esperanza, que significó también la ocasión para concluir el Año de la Fe en la diócesis, se inició cerca de las 16.20 con la salida de la imagen de la Virgen desde la Gruta de Lourdes, escoltada por el obispo diocesano, monseñor Antonio Marino, los sacerdotes y miles de fieles. Como habían previsto los organizadores, la concurrencia de fieles fue mucho mayor a la de otros años. Antes de emprender la caminata, los fieles oyeron un mensaje del papa Francisco, que la gente aplaudió con intensidad, sorprendida por este regalo venido del Vaticano.

"La Virgen cuida la fe del pueblo, es Madre de todos los hombres y de Dios. Que ella siga cuidando la fe de nuestro pueblo, y en su Hijo nos siga diciendo al oído y al corazón, hagan lo que Él les diga. Les mando un saludo, un cariñoso saludo, al señor obispo y a todo el pueblo de Dios. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide", se oyó decir al Santo Padre.

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Al llegar a la primera parada, en la parroquia San Antonio, las nubes ya habían comenzado a descargar sus primeras gotas. La intensidad de las precipitaciones obligó a modificar el recorrido en dirección a la parroquia Asunción de la Santísima Virgen; a pesar del desvío, las calles comenzaron a inundarse y los peregrinos, con agua hasta los tobillos e íntegramente mojados, animaron el paso con cantos y sonrisas.

Antes de llegar a la catedral, la Marcha se detuvo en Rivadavia y Mitre ?en la zona peatonal-, abriendo camino a la imagen de la Virgen que recorrió hasta el final, mientras los peregrinos cantaban "María, pasa por aquí" y agitaban sus banderas, estandartes y pañuelos blancos.

El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la Eucaristía en el templo catedralicio, acompañado por decenas de sacerdotes. Antes de iniciar su homilía, felicitó a todos los caminantes por su perseverancia en el trayecto. "Como obispo, me siento orgulloso de ustedes", expresó.

Monseñor Marino hizo mención de la clausura diocesana del Año de la Fe: "Como obispo quiero expresar mi satisfacción por las manifestaciones de fe que pude contemplar a lo largo de este año, fruto de fecundas iniciativas pastorales protagonizadas por sacerdotes y laicos, consagrados y consagradas". Entre ellas, mencionó la misión en la cárcel, el trabajo pastoral en los barrios periféricos, la carpa misionera, el encuentro de catequistas, entre otras.

Sobre la Marcha de la Esperanza, el obispo resaltó la figura del siervo de Dios, Cardenal Eduardo Pironio, segundo obispo de Mar del Plata e impulsor de esta peregrinación: "En tiempos difíciles, él ha sido un cantor de la esperanza cristiana. Su figura de buen pastor nos sigue exhortando hoy a ser hombres y mujeres de esperanza".

La referencia al cardenal Pironio continuó con la lectura de un escrito del siervo de Dios: «Los tiempos difíciles exigen hombres fuertes; es decir, que vivan en la firmeza y perseverancia de la esperanza. Para ello hacen falta hombres pobres y contemplativos, totalmente desposeídos de la seguridad personal para confiar solamente en Dios, con una gran capacidad para descubrir cotidianamente el paso del Señor en la historia y para entregarse con alegría al servicio de los hombres en la constitución de un mundo más fraterno y cristiano».

"Hemos realizado esta marcha bajo el lema: «Madre, cuida la fe de tu pueblo que camina» -agregó el obispo-. La fe que se abre a la esperanza supone camino, cansancio, perseverancia, alegría. Ella ha caminado con nosotros y nos ayuda a entender la fe como camino y la esperanza como fuerza que nos impulsa hacia la meta que es su Hijo" continuó el pastor de la Iglesia diocesana".

Finalmente, el prelado destacó la figura del Papa y renovó la adhesión de toda la Iglesia en Mar del Plata a su persona, agradeciéndole su cercanía con el mensaje que hizo llegar. Al igual que el Santo Padre, monseñor Marino insistió en que "una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma", y concluyó: "Revitalicemos nuestra fe comunicándola a los demás, saliendo en misión. La fe se fortalece dándola. Incorporemos de modo definitivo la conciencia de que si no ardemos en el deseo de una misión permanente, no somos plenamente la Iglesia querida por Cristo".+

Texto completo de la homilía