Miércoles 3 de septiembre de 2025

León XIV: 'Nuestra fragilidad es un puente hacia el cielo'

  • 3 de septiembre, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Tengo sed": estas últimas palabras de Jesús en la cruz fueron las que el pontífice profundizó en su catequesis durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro.
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El papa León XIV advirtió este miércoles 3 de septiembre sobre la tentación de la "autosuficiencia", afirmando que "nadie puede salvarse solo". 

"La vida se consuma no cuando somos fuertes, sino cuando aprendemos a recibir", dijo León XIV en su catequesis en la audiencia pública semanal, que reunió a miles de personas en la plaza de San Pedro.

El Santo Padre se centró en las últimas palabras de Jesús en la cruz: "Tengo sed" y "Todo está consumado", según el Evangelio de Juan.

Mientras colgaba de la cruz y la humanidad afrontaba su momento más luminoso y al mismo tiempo más oscuro, observó el Papa, Jesús pronunció aquellas dos frases cargadas de toda una vida, que revelan la existencia entera del Hijo de Dios.

Jesús aparece en la cruz como un suplicante de amor, no como un héroe victorioso, diferenció. "Pide humildemente lo que él solo no puede darse de ninguna manera".

El Papa destacó que la sed de Jesús en la cruz no era sólo la necesidad fisiológica de un cuerpo torturado, sino también "expresión de un deseo profundo: el del amor, el de la relación, el de la comunión".

"Es el grito silencioso de un Dios que, habiendo querido compartir todo de nuestra condición humana, también se deja vencer por esta sed", dijo el Papa.

"Nuestro Dios no se avergüenza de pedir un sorbo, porque con ese gesto nos dice que el amor, para ser verdadero, también debe aprender a pedir y no solo a dar".


Al expresar su sed, señaló el Papa León, Jesús muestra que no podemos ser autosuficientes ni salvarnos a nosotros mismos, ya que sus siguientes palabras: "Todo está consumado", vienen después de recibir una esponja empapada en vinagre.

"El amor se ha hecho necesitado", dijo, "y precisamente por eso ha realizado su obra".

La paradoja cristiana es que Dios salva "no haciendo, sino dejándose hacer; no venciendo el mal con la fuerza, sino aceptando la debilidad del amor hasta el final".

Pedir no es indigno, es liberador
"La salvación no está en la autonomía, sino en reconocer humildemente la propia necesidad y poder expresarla libremente", afirmó. 

La humanidad encuentra su realización en la confianza, añadió el pontífice, que nos abre a la verdadera esperanza, pues ni siquiera el Hijo de Dios podía bastarse a sí mismo, sediento como estaba de amor, de sentido y de justicia.

Jesús nos salva mostrándonos que pedir no es indigno, sino liberador -dijo-. Es la salida del encierro del pecado para volver al espacio de la comunión. Desde el principio, el pecado engendró vergüenza. Pero el perdón -el verdadero perdón- nace cuando podemos afrontar nuestra necesidad y ya no tememos el rechazo.

Mientras tenía sed en la cruz, dijo el Papa, Jesús expresa el grito de agua viva de toda la humanidad herida, de modo que nos conduzca a Dios y nos una a Él.

En conclusión, el papa León XIV invitó a los cristianos a encontrar la alegría y la verdadera realización en la fraternidad, la vida sencilla, el arte de pedir sin vergüenza y de ofrecer lo que podemos sin segundas intenciones.

"No tengamos miedo de pedir, sobre todo cuando nos parezca que no lo merecemos", dijo. "No nos dé vergüenza extender la mano. Es ahí, en ese gesto humilde, donde se esconde la salvación".+