La Rioja vivió el Tinkunaco, la fiesta de la identidad y la fe riojana
- 2 de enero, 2025
- La Rioja (AICA)
Una multitud participó "encuentro" de San Nicolás y el Divino Niño Jesús Alcalde. Presidió Mons. Braida y se enmarcó en la apertura del Año Jubilar. Llamado a la paz, la esperanza y la reconciliación.
El pueblo riojano se reunió el 31 de diciembre en la plaza 25 de Mayo, bajo un sol ardiente y con temperaturas que alcanzaron los 42 grados, para celebrar el Tinkunaco, la fiesta más representativa de la identidad y la fe de la provincia. Es considerada mucho más que una tradición, sino que es el "encuentro profundo con Dios, un espacio de unión, reconciliación y esperanza compartida".
Cientos de fieles acudieron a este encuentro entre las imágenes de San Nicolás y el Divino Niño Jesús Alcalde, símbolos que encarnan el compromiso de caminar juntos como pueblo, bajo la mirada amorosa de Dios.
El obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, presidió la celebración acompañado de sacerdotes, laicos, religiosas, autoridades provinciales y municipales, además de legisladores nacionales y provinciales, mostrando así la comunión entre el pueblo y sus líderes en torno a la fe.
El presbítero Juan Manuel Gómez, junto a otros presentadores, guió la celebración leyendo un guion lleno de mensajes espirituales que resonaron en los corazones de los asistentes.
"Este encuentro entre San Nicolás y Jesús, Divino Niño Alcalde, nos recuerda que en Cristo somos todos uno. Como pueblo riojano caminemos juntos bajo la mirada de Dios, fortaleciendo la comunión y anunciando con nuestras vidas el mensaje de paz y esperanza que nos trae el Niño de Belén", expresaron con fervor.
En el contexto del Año Jubilar 2025, este Tinkunaco asumió un significado aún más especial, invitando a los fieles a ser "peregrinos de la esperanza", llevando la luz de Cristo a los lugares donde la fe y la paz parecen haber desaparecido.
Las tres genuflexiones
El momento más profundo y emotivo de la celebración fueron las tres genuflexiones. En este acto de fe, los fieles se arrodillaron ante el Divino Niño Jesús Alcalde, ofreciendo sus plegarias, lágrimas y esperanzas, mientras el calor del asfalto ardía bajo sus rodillas. Este gesto no es sólo una tradición, sino una confesión viva de fe en Jesús:
- Reconociéndolo como el Hijo de Dios.
- Reconociéndolo como el Rey, dueño de la vida y la muerte.
- Reconociéndolo como el hombre nacido en Belén de la Virgen María.
"Doblamos la rodilla ante el Cristo Alcalde para confesar nuestra fe cristiana, que debe traducirse en la vida, en el compromiso y en el servicio fraterno", se manifestó. Este acto profundo llevó a muchos a las lágrimas, recordando a quienes ya no están y renovando el deseo de un 2025 lleno de bendiciones.
Otro momento destacado fue el saludo de la paz, en el que los abrazos entre los asistentes simbolizaron la unidad y el amor que solo puede venir de Dios. El guion añadió un mensaje alentador: "Todo lo que nos ha dividido, lo que nos ha confrontado, hoy termina, porque el Señor une nuestro corazón".
La plaza 25 de Mayo fue testigo de un contraste de emociones: lágrimas de tristeza por quienes ya no están, que se transformaron en esperanza al ritmo de los cantos del coro. Los rostros de los asistentes pasaban de la melancolía a la alegría, fortalecidos por la fe que une a la comunidad.
La celebración recordó que el Tinkunaco no es solo una tradición, sino un espacio para renovar la relación con Dios. "Que este encuentro nos impulse a ser testigos del amor de Cristo, transformando nuestras familias y comunidades en lugares donde brille la luz de la paz y la reconciliación", proclamó el guion, marcando el rumbo para un Año Jubilar.
"El Tinkunaco 2024 deja un mensaje claro: somos un pueblo que confía en Dios, que encuentra en el Niño Jesús Alcalde y San Nicolás un ejemplo de fe y servicio. Este encuentro no sólo celebra nuestra historia, sino que nos impulsa a construir un futuro mejor, basado en la unidad y el amor", destacó la curia riojana a modo de síntesis de esta fiesta de fe popular.
"Que este Tinkunaco sea un recordatorio para todos de que, incluso en medio de nuestras pruebas, el amor de Dios nos abraza y nos guía hacia un camino de reconciliación, paz y esperanza", concluyó.+