Sábado 12 de octubre de 2024

La Rioja: recordación del beato Enrique Angelelli en el lugar donde fue martirizado

  • 8 de agosto, 2023
  • La Rioja (AICA)
Mons. Dante Braida presidió la misa en el Paraje El Pastor, donde invitó a pedir "que nada ni nadie, nos quite la alegría y la felicidad de seguir a Dios y de amar a los demás en el servicio".
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Numerosas personas de La Rioja, Córdoba y Catamarca recordaron al beato Enrique Angelelli en el Paraje El Pastor, de la localidad riojana de Punta de Los Llanos, donde el obispo fue martirizado el 4 de agosto de 1976 y hoy convertido en centro de peregrinación y gracia.

La misa fue presidida por el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, desde un altar que tenía panes elaborados por fieles de la parroquia de Milagro y dos reliquias del beato: el espejo retrovisor de su camioneta y un papel manchado con su sangre martirial. En el altar, también había una imagen de la Virgen de Tama, primera evangelizadora de La Rioja.

La conmemoración del martirio de Angelelli comenzó a las 15 (hora estimada del asesinato) con una procesión de cinco estaciones desde la capilla del Paraje hacia el lugar de su muerte, donde el prelado riojano presidió la misa utilizando el báculo que le pertenecía a su predecesor.

En la homilía, monseñor Braida destacó las virtudes de su predecesor, llamó a vivirlas en la actualidad con decisión y exhortó a asumir con responsabilidad la tarea de elegir a los candidatos en las próximas elecciones.

Tras asegurar que “el beato Enrique ha vivido su vida desde una experiencia honda de Dios, en Él ponía su confianza”, el prelado quiso terminar su predicación con “la imagen de la espiral”.

“La espiral de muerte llegó a su culmen ese 4 de agosto, pero en ese mismo instante una espiral de vida se empezó a desenvolver para ir hoy impregnando de luz nuestra realidad. Una espiral que hoy tiene que tocar nuestras vidas para que nos anime en la entrega en el seguimiento de Jesús y la transformación de la realidad”, puntualizó.

“En el asumir la cruz que implica este proceso de conversión y transformación se pone en juego nuestra felicidad, la felicidad para la que fuimos creados y la felicidad de nuestro pueblo.

Monseñor Braida invitó a pedir “que nada ni nadie, nos quite la alegría y la felicidad de seguir a Dios y de amar a los demás en el servicio y entrega de nuestras vidas”.

“Querida comunidad aquí reunida, al recordar los 100 años del nacimiento del beato Angelelli demos gracias por el regalo de su vida y seamos parte de la espiral de vida que generó su entrega y la de (sus compañeros mártires) Carlos Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera”, concluyó.

En el ofertorio se llevó al altar junto al pan y el vino, un aporte material para las personas más necesitados de la parroquia del Carmen de Villa Allende, Córdoba. También una cruz realizada con madera del ataúd de Murias, una manija del ataúd de Longueville y una custodia de madera regalada por la parroquia de Patquía a la capilla del Paraje El Pastor.

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