La Inmaculada de Bariloche tuvo una sentida fiesta patronal
- 9 de diciembre, 2014
- San Carlos de Bariloche (Río Negro) (AICA)
La comunidad de la parroquia Inmaculada Concepción, cuyo templo ?el más antiguo de la ciudad- fue consumido por el fuego meses atrás, celebró sus fiestas patronales con una celebración en la que se bendijo la piedra fundamental del nuevo templo, para el que ya comenzaron las obras. El obispo de San Carlos de Bariloche, monseñor Juan José Chaparro CMF, exhortó a seguir en todo el ejemplo de María.
El obispo de San Carlos de Bariloche, monseñor Juan José Chaparro CMF, bendijo la piedra basal del nuevo edificio y luego encabezó la procesión desde la sede parroquial a la catedral, donde presidió la misa. Junto con el prelado, concelebró el párroco, presbítero Jorge Pliauzer, quien el próximo 14 de diciembre celebrará 25 años de sacerdocio.
En su homilía, monseñor Chaparro destacó que la solemnidad de la Inmaculada Concepción es una de las fiestas más bellas del año litúrgico, y muy entrañable en el pueblo de Dios, sobre todo en América Latina. Destacó la revelación que el ángel hizo a la Virgen al llamarla "llena de gracia", plena de vida, "agraciada" y "bendecida" por Dios.
"La fiesta de la Inmaculada es la fiesta del triunfo de Dios sobre toda maldad, de la luz sobre la oscuridad?y es el misterio de la vida de cada uno de nosotros, de la Iglesia y del mundo", manifestó el obispo.
"En cada uno de nosotros experimentamos la fragilidad, no solo debilidad, sino que aparece claramente la maldad: los egoísmos, los intereses individualistas, la indiferencia frente al dolor y la pobreza de los demás, el olvido de Dios.
"En cada uno de nosotros experimentamos la fragilidad, no solo debilidad, sino que aparece claramente la maldad: los egoísmos, los intereses individualistas, la indiferencia frente al dolor y la pobreza de los demás y el olvido de Dios", señaló.
Monseñor Chaparro también destacó que la Inmaculada acompaña a la ciudad de San Carlos de Bariloche desde sus inicios. "Ojalá que ella traiga caminos de paz, de sana convivencia, de una ciudad mejor y más habitable para todos, y en ella la Iglesia, esta comunidad, ponga lo mejor del evangelio para ser, como María, luminosidad que aliente y potencie la vida".
El obispo diocesano alentó a la comunidad parroquial a consolidar las familias, formar a los jóvenes, forjar la fraternidad en torno a la Palabra, la apertura y solidaridad con los más empobrecidos y seguir en todo el ejemplo de María.+
Texto completo de la homilía
