Jueves 28 de marzo de 2024

La euforia por tener un Papa argentino debe transformarse en compromiso

  • 25 de marzo, 2013
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
"La conmoción y la euforia iniciales (por la elección del papa Francisco) deben ahora transformarse en compromiso. ¿De qué nos serviría este legítimo orgullo si no lo tradujéramos en promesa de una vida de fe y de fidelidad al Evangelio? Y puesto que la fe se fortalece dándola, sepamos que el Bautismo y la Confirmación nos obligan a transmitir a los demás la riqueza de la fe que tenemos, primero con nuestro ejemplo y después con la palabra", pidió el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, en la misa del Domingo de Ramos en la catedral local. "Yo quisiera que todos, después de estos días de gracia, tengamos el valor; sí, el valor, de caminar en presencia del Señor, con la cruz del Señor, de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor que se derramó en la cruz; y de confesar la única gloria: a Cristo crucificado. Y así, la Iglesia irá hacia delante. Deseo para todos nosotros que el Espíritu Santo y la oración de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda esta gracia: caminar, edi
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El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la misa del Domingo de Ramos en la catedral de los santos Pedro y Cecilia, y como es tradicional realizó la bendición fuera del templo.

La celebración se inició en una tarima montada en Hipólito Yrigoyen y San Martín desde donde se leyó el Evangelio y se realizó la aspersión con agua bendita de los ramos de olivos. Luego en procesión se llegó hasta el altar montado en las escalinatas de la Catedral. La multitud de fieles se ubicó en el borde de la fuente, la mitad de la plaza y por Mitre y desde allí siguieron toda la eucaristía.

En el inicio de su homilía, monseñor Marino destacó la importancia de estos días de la Semana Santa, "una manifestación mayor de esa misericordia nos espera. Es por cierto legítimo vincular con el descanso los feriados de los próximos días santos. Pero qué pobreza espiritual sería la nuestra, si los dejáramos pasar como días de simple turismo mundano, sin intensificar nuestra oración, sin procurar renovarnos mediante la gracia de los sacramentos y la participación fervorosa en los diversos actos de piedad. En estos días se contiene la respuesta a las preguntas más importantes de la vida. No los dejemos pasar sin que dejen una huella en nosotros".

"Hoy como ayer -advirtió- se intenta enmudecer la voz de los discípulos de Cristo. A algunos les molesta que la Iglesia predique las consecuencias que la fe en Él tiene para la sociedad y sus leyes. En los medios de comunicación masiva, hemos oído decir con frecuencia que la Iglesia con sus doctrinas sobre la vida, el matrimonio y la familia, que considera inmutables, se aleja cada vez más de la gente. Lo mismo sucede con otros aspectos de su disciplina sacramental y de su enseñanza moral. De ahí que seamos invitados a ?modernizarnos? y a cambiar para no perder vigencia".

"Sin embargo, la vigencia de la Iglesia en la sociedad no sigue los moldes mundanos. Jesús no vaciló en quedarse solo, aunque aquellos que Él había elegido lo abandonaran y el mismo Pedro lo negara. Ni sus propios discípulos lo entendieron", añadió.

Por último, monseñor Marino se hizo eco de la alegría del pueblo argentino por la elección del papa Francisco, al señalar que "la conmoción y la euforia iniciales deben ahora transformarse en compromiso. ¿De qué nos serviría este legítimo orgullo si no lo tradujéramos en promesa de una vida de fe y de fidelidad al Evangelio? Y puesto que la fe se fortalece dándola, sepamos que el Bautismo y la Confirmación nos obligan a transmitir a los demás la riqueza de la fe que tenemos, primero con nuestro ejemplo y después con la palabra".

"Yo quisiera que todos, después de estos días de gracia, tengamos el valor; sí, el valor, de caminar en presencia del Señor, con la cruz del Señor, de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor que se derramó en la cruz; y de confesar la única gloria: a Cristo crucificado. Y así, la Iglesia irá hacia delante. Deseo para todos nosotros que el Espíritu Santo y la oración de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo" concluyó citando al Papa.+

Texto completo de la homilía