Martes 23 de abril de 2024

La Cumbre de fiesta

  • 19 de julio, 2012
  • La Cumbre, Córdoba
Unos setenta bailarines ataviados con ropas gauchescas honraron a la Virgen del Carmen interpretando danzas folclóricas antes del comienzo de una procesión en la fiesta de la patrona de La Cumbre, día feriado en esta ciudad. Luego la gente recorrió varias cuadras en procesión hasta la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, donde se celebró la Santa Misa. Dos jóvenes sacerdotes franciscanos capuchinos, con su hábito marrón y su cíngulo blanco, participaron de la procesión y luego concelebraron Eucaristía. El padre Fernando, de barba oscura y expresión clara, se refirió a la oración a la Virgen del Carmen, que se rezó durante todos los días en una novena antes de la fiesta.
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Unos setenta bailarines ataviados con ropas gauchescas honraron a la Virgen del Carmen interpretando danzas folclóricas antes del comienzo de una procesión en la fiesta de la patrona de La Cumbre, día feriado en esta ciudad.

Luego la gente recorrió varias cuadras en procesión hasta la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, donde se celebró la Santa Misa.

Previamente, ante la sede de la Dirección de Turismo, los bailarines danzaron al son de zambas, gatos, chacareras y jotas cordobesas. Fueron de la partida alumnos de la Academia Martín Fierro de Folclore, el Ballet Municipal, la Academia Yaweiba y el Ballet Sentimiento Criollo.

Una de las artistas, Paula Marcuzzi, con un largo vestido criollo, iba rezando acompañada por su marido, John Schmitz, norteamericano, y sus dos hijitas, Sophy, de nueve años, que tiene síndrome de Down, y Emily, de seis. Natural de esta zona, ella hizo un posgrado de tecnología educativa en la Universidad de Illinois, en Urbana Champaign, Estados Unidos, donde conoció a su marido, profesor universitario. Ahora están radicados en La Cumbre.

Integrantes del Club Las Verbenas, que busca el mejoramiento de los jardines de la zona y premia a los mejor presentados, pusieron flores ante la imagen de la patrona.

En la marcha también había imágenes que son honradas en distintas capillas de esta ciudad serrana: de la Virgen de Fátima, de San José, de San Roque y del padre Pío de Pietrelcina.

"Vos sos la vida, vos sos la paz, vos sos nuestra esperanza", se cantaba en la procesión, que fue recibida por un fuerte repicar de campanas al llegar al templo.

Dos jóvenes sacerdotes franciscanos capuchinos, con su hábito marrón y su cíngulo blanco, participaron de la procesión y luego concelebraron la Santa Misa. El padre Fernando, de barba oscura y expresión clara, se refirió a la oración a la Virgen del Carmen, que se rezó durante todos los días en una novena antes de la fiesta.

Esa oración dice: "Como en el monte Carmelo en Palestina, La Cumbre en nuestro valle de Punilla, es bellísima morada para la Madre de Dios. Los olivos, laureles y algarrobos, los pinos y nogales del Carmelo, con sus mil plantas aromáticas, se multiplican en este rincón querido y son corona perfumada para la que por pobre y sencilla, y mujer de fe, es Reina de este mundo".

"Los árboles que dan sus frutos tenemos que ser nosotros "dijo el celebrante-, las mejores flores tenemos que ser nosotros y dar el aroma de la fe, de la paz, de la fraternidad, del amor, de la concordia."

Animó a "entrelazarnos los unos a los otros y dejar de ser un pueblo de desconocidos, o que nos conocemos a medias, o que creemos que nos conocemos, y ser un pueblo fraterno donde nos miremos los unos a los otros y nos reconozcamos como hermanos".

A la salida del templo, en una espléndida tarde de sol que pareció asociarse a la fiesta, vendían tortas un grupito de jóvenes catequistas del Proceso Comunitario de Confirmación (PCC), que preparan a 45 chicos para que reciban a fin de año este sacramento de la madurez cristiana. Eran Andrés (de 16 años), Daniel (de 19), Julieta (de 16), Marìa (de 17) y Lourdes (de 16).

El obispo de Cruz del Eje en La Cumbre
Tres días antes, el viernes 13 de julio, el obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, concelebró la misa con los dos sacerdotes capuchinos en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, en La Cumbre, ya que no podría estar el día de la fiesta patronal.

El obispo dijo en la Misa que la Virgen del Carmen, "con su presencia orante, contemplativa, nos invita al encuentro con Jesús". Agradeció la obra de los padres capuchinos en la ciudad, pocos días antes de que un sacerdote del clero diocesano, en una nueva etapa, se haga cargo de la parroquia local.

Instó a la conversión, a "volver nuestros pasos y nuestro corazón a Dios". Dijo que "Jesús no anduvo con vueltas, siempre dijo las cosas con claridad" y advirtió que ser seguidores de Jesús ocasionará dificultades, "será andar como ovejas en medio de lobos".

Señaló que muchos cristianos en nuestro tiempo son perseguidos, son asesinados y viven el martirio. Y precisó: "Estamos llamados al martirio cotidiano de vivir en una cultura que muchas veces se opone a Dios. El ser discípulos de Jesús y procurar vivir auténticamente como cristianos supone pedir a Jesús la fortaleza para no dejarnos contagiar y vivir la verdad del Evangelio".

Informó también que el 12 de agosto, a las 16, en la catedral de Cruz del Eje esta diócesis iniciará la celebración del año jubilar, por los cincuenta años de su creación. Ese día se colocará una reliquia del beato Juan Pablo II y presidirá los actos, en adhesión asimismo al Año de la Fe, el cardenal Estanislao Karlic, arzobispo emérito de Paraná.

En la misa en La Cumbre, se rezó porque "unidos al Papa y a los obispos, toda la Iglesia anuncie al mundo entero que Jesús es el Salvador".

Al concluir el oficio religioso, monseñor Olivera recibió el saludo de los asistentes y dialogó con varios jóvenes catequistas antes de emprender el regreso, solo, manejando su camioneta hacia Cruz del Eje. (Jorge Rouillon)