Jueves 21 de noviembre de 2024

La Compañía de Jesús confirma que Rupnik ya no es jesuita

  • 27 de julio, 2023
  • Roma (Italia) (AICA)
El sacerdote esloveno, acusado de cometer abusos psicológicos y sexuales, no ha apelado su expulsión, por lo que esta ya es definitiva.
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Marko Rupnik “ya no es religioso jesuita”: en una carta escrita por Johan Verschueren, delegado para las Casas y Obras Romanas Internacionales de la Compañía de Jesús, se confirmó la expulsión definitiva de ese sacerdote, que elaboraba mosaicos en el centro Aletti y que fue acusado de cometer abusos psicológicos y sexuales. 

El sacerdote esloveno podría haber permanecido en la Compañía de Jesús recurriendo la expulsión que se anunció en junio y rindiendo cuentas de sus actos. Pero, como señala Verschueren en su carta, “han pasado los 30 días previstos para que pudiera apelar” el decreto firmado por el padre general, que se le entregó el 14 de junio. 

Ya en enero de 2023, Rupnik había presentado una solicitud de expulsión de la Compañía de Jesús, pero Johan Verschueren lamentó que no quisiera responder por sus actos durante esta última etapa como jesuita. 

“La solicitud nunca representó en modo alguno un ‘derecho’ para él”, dice el delegado en su carta, quien añade que sus votos “lo vinculaban a un compromiso de obediencia de por vida”. Los jesuitas rechazaron su solicitud hace seis meses porque querían, en su lugar, “atarlo a sus responsabilidades ante tantas acusaciones, invitándolo a emprender un camino de verdad y de confrontación con el mal denunciado por tantas personas que se han sentido heridas”. Al no querer enmendar sus actos, finalmente lo expulsaron. 

El delegado para las Casas y Obras Romanas Internacionales de los jesuitas lamenta la “incapacidad” de Rupnik “para hacer frente a la voz de tantas personas que se sintieron heridas, ofendidas y humilladas por su comportamiento y conducta hacia ellas”. Aun así, reconoce su trabajo de elaboración de mosaicos en el centro Aletti, “el bien que hizo y el fruto espiritual del que fue vehículo para tantos y tantos otros en la Iglesia”. 

La Compañía de Jesús ha decidido distanciarse jurídicamente de ese estudio de arte, abandonar la asociación pública de fieles con su nombre y rescindir las colaboraciones con el centro, donde “ya no hay una comunidad jesuita residente”. 

Finalmente, Johan Verschueren concluye su carta prometiendo,  “a todos los que, de cualquier modo, se han sentido y se sienten heridos y lastimados por este que fue hermano nuestro, mi plena solidaridad y apertura para encontrar en el futuro las mejores vías de reflexión, para encontrar la paz y la reconciliación interior a través de caminos que podamos estudiar juntos”.+