Gualeguaychú: Mons. Zordán ordenó un sacerdote que integra la Pastoral Scout
- 23 de diciembre, 2024
- Buenos Aires (AICA)
El diácono Juan Pablo Martinolich recibió el presbiterado de manos del obispo diocesano. La celebración se realizó en la parroquia Sagrada Familia y Santa Teresita.
El obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Zordán M.Ss.Cc, ordenó sacerdote al diácono Juan Pablo Martinolich en la misa que presidió el viernes 20 de diciembre en la parroquia Sagrada Familia y Santa Teresita.
Concelebraron la Eucaristía el obispo auxiliar de Mercedes-Luján, monseñor Mauricio Landra; el obispo de Tacuarembó, Uruguay, monseñor Pedro Wolcan y sacerdotes del clero diocesano.
En la homilía, el obispo gualeguaychense se refirió a la prontitud de la celebración de la Navidad y recordó que "aunque vinimos sobre todo para celebrar esta gran alegría que es la ordenación presbiteral de Juan Pablo, no podemos separarnos de la fecha en la que estaremos viviendo dentro de poquitos días".
En referencia a la Virgen María indicó que "todo en la celebración nos hace volver nuestra mirada a María y contemplarla a ella".
"La mirábamos y decíamos que ella ha recibido en su seno la palabra, la palabra con mayúsculas al Dios hecho hombre y también de esa manera se hizo como un templo de la divinidad, como un templo donde Dios vive y le pedíamos a Dios esto, que ella nos contagie de su disponibilidad para acoger y para realizar la voluntad de Dios".
"Le pedimos a María -continuó- que ella nos contagie esa apertura de corazón, esa disponibilidad para conocer, para acoger y para vivir, realizar el proyecto de Dios, su sueño, en la vida de cada uno de nosotros".
Sobre el proceso vocacional de Juan Pablo, remarcó un gesto que se realiza en la ordenación: "Recién hicimos un gesto sencillo que por ahí puede pasar desapercibido pero que me parece que es muy importante. Juan Pablo fue llamado por su nombre y él dijo aquí estoy más o menos como le pasó a María; en ese gesto, en ese llamado y en esa respuesta de Juan Pablo está un poco escondida y sintetizada su propia vocación".
"Un camino de años de mucho tiempo, un camino en el que él recibió como una intuición en su corazón y se fue desarrollando ese llamado de Dios que hoy llega a su fin, un camino que estuvo como jalonado por pasos de discernimiento, osea, como de descubrir los signos que Dios iba poniendo en su vida, él por su parte y nosotros como Iglesia por nuestra parte, un proceso que llevó también años de formación para ir modelando su corazón al estilo del corazón de Jesús buen pastor."
"Juan Pablo, la palabra de Dios en la segunda lectura ilumina este compromiso tuyo. Primero San Pedro, el apóstol, comenzaba diciendo 'yo presbítero, como ustedes exhorto a los presbíteros de la iglesia'. A mí me llamó mucho la atención esa palabra exhorto que significa, por un lado indicar un camino, decir la cosa va por acá, no se desvíen de este camino, pero al mismo tiempo indica como un animar a los otros a transitar ese camino y a vivir ese estilo", manifestó.
Y continuó: "Al decirles a los presbíteros San Pedro los exhortó está diciendo eso, les indicó un camino y los animó a caminar por ese camino y pone como imagen al buen pastor, a Jesús, al pastor de las ovejas."
Finalmente, el diocesano subrayó: "Juan Pablo, que seas muy feliz en el ministerio presbiteral como lo fuiste hasta ahora siendo laico, siendo diácono de la Iglesia, que desde hoy en adelante seas muy feliz siendo presbítero y el Señor haga muy fecundo tu ministerio. Nosotros quienes te acompañamos hoy vamos a rezar cada día por vos para que el Señor te acompañe en esto".
El padre Juan Pablo Martinolich, nació el 17 de diciembre de 1976, es oriundo de la ciudad de Gualeguaychú. Ingresó al seminario diocesano "'María, Madre de la Iglesia' en el año 2018. Su parroquia de origen es la parroquia Visitación de María. Actualmente ejerce su ministerio en la parroquia Sagrada Familia y Santa Teresita.
Juan Pablo es scout, capellán del Grupo 2 "Ceferino Namuncura". En el ámbito diocesano es coasesor del equipo de Pastoral Juvenil y Vocacional.
El lema elegido para la ordenación fue 'En todo amar y servir', y explicó que esa elección se debe a que "para mí, esta frase de San Ignacio de Loyola, deseo que sea la que acompañe todo mi camino sacerdotal, sabiendo que son dos cosas que Jesús nos pide a todos sus discípulos, amar como él amó hasta el extremo dando la vida por cada uno de nosotros y servir como Él lo hizo dándonos por enteros a nuestros hermanos".+