Miércoles 24 de abril de 2024

En San Cayetano, Mons. Martín rogó que cese la violencia en Rosario

  • 9 de agosto, 2022
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, presidió el 7 de agosto las fiestas patronales en honor de San Cayetano y rezó por la paz en la ciudad.
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Con una misa presidida por el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, el santuario arquidiocesano de San Cayetano celebró el 7 de agosto sus fiestas patronales.

La celebración comenzó con una procesión que se dirigió desde el santuario hasta la plaza Libertad, donde posteriormente se celebró la Eucaristía, concelebrada por el párroco del lugar, presbítero Marcelo Frachini.

La homilía del arzobispo estuvo dedicada especialmente a pedir por la paz en Rosario, sobre todo en estos tiempos en que se vive gran violencia en las calles de la ciudad.

Monseñor Martín destacó la figura ejemplar de San Cayetano, que “ha caminado su vida tras los pasos de Jesús y nos invita a poner en Jesucristo la esperanza de nuestra vida, el tesoro de nuestro corazón”. 

“San Cayetano puso su confianza sólo en el Señor y no quedó defraudado. Invocó al Señor y fue tenido en cuenta. Procuremos imitar a este gran varón de Dios, en la unión con Jesús, en las obras de caridad y en su confianza en la Divina Providencia”, exhortó el arzobispo.

Citando el mensaje emitido por la Conferencia Episcopal Argentina para este día, subrayó la importancia de que los trabajadores tengan derecho a vivir dignamente del fruto de sus esfuerzos cotidianos y a desplegar sus potencialidades y talentos para aportar al crecimiento de nuestra Patria.

Por otro lado, además de pedir “el pan de cada día”, con especial énfasis en este momento “asfixiante” que se vive en la economía, pidió “el pan de la fraternidad” que se comparte en comunidad.

“Se necesita más que nunca en los políticos un ejercicio de la responsabilidad que vaya más allá de los propios intereses. Así aparecerá en nuestro horizonte la paz y la amistad social, que también están incluidas en ese pedido sencillo y a la vez esencial de ‘paz, pan y trabajo’”, sostuvo.

“La profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente, capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para nuestros pueblos.”

En Rosario, puntualizó el prelado, “necesitamos con premura esa paz, que cese la pérdida de vidas humanas, muchas de ellas inocentes. Por eso hoy venimos a San Cayetano a pedir la paz por nuestra ciudad. Muchos padecen esta violencia irracional, que a su vez genera una espiral de violencia que nos desangra. Pedimos el don de la paz”.

“Rogamos por las autoridades para que se dejen iluminar por el Señor y vean los pasos que deben dar para ir resolviendo con lucidez esta grave situación por la que transitamos y sean llenos del amor de Dios para que busquen inclaudicablemente el bien común y no intereses particulares”.

Finalmente, dio gracias a Dios por tener a San Cayetano “como nuestro gran intercesor ante tantas necesidades, personales y comunitarias, especialmente la necesidad de ‘paz, pan y trabajo’", y rogó “poder imitar a este gran santo en su unión con Jesús y su gran amor al prójimo”. 

“En medio del mar tormentoso, no nos dejemos robar la esperanza. Pongamos, como San Cayetano, el ancla de nuestra vida en Dios Nuestro Señor. Para que nuestra vida se mantenga en pie, con esperanza y con fortaleza en medio de la tormenta. No estamos solos: Jesucristo, la Virgen y los santos nos acompañan en el camino”, concluyó.+

» Texto completo de la homilía