Los asesinos llegaron a la escena y abrieron fuego de manera indiscriminada. Los jóvenes pertenecían a la parroquia de San José de Mendoza.
El padre Philip Ekweli, que había sido secuestrado con el occiso, fue liberado. "Nadie está seguro en el Estado de Edo", denunció el Obispado de Auchi.
El episcopado mexicano denunció la proliferación de esos campos, establecidos por el crimen organizado. "Una de las expresiones más crueles del mal que hemos presenciado", manifestaron al respecto.
En su mensaje para la Cuaresma, los prelados describen la dramática realidad que asola la sociedad haitiana, denunciando a quienes "destruyen vidas y matan los sueños de tantas familias".