Jueves 21 de noviembre de 2024

El Papa pide que en los santuarios abunden 'el consuelo y la misericordia'

  • 11 de noviembre, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco exhortó a los rectores de los santuarios, a los que recibió este sábado, a tener "buen discernimiento en la elección de los sacerdotes para las confesiones". "Hay que perdonar siempre", dijo
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“Acudimos al santuario, ante todo, a rezar. Por nuestra parte, es necesario que permanezca siempre viva la preocupación de que nuestros santuarios sean lugares verdaderamente privilegiados de oración", insistió este sábado por la mañana el Papa Francisco, en el Aula Pablo VI, durante la audiencia con los participantes en el Segundo Encuentro Internacional para rectores y colaboradores de santuarios, organizado por la Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo del Dicasterio para la Evangelización, bajo el lema: “El Santuario: casa de oración. En camino hacia el Jubileo 2025”.

“Acudimos a los santuarios para orar, para ganar confianza en el futuro y, sobre todo, para ser consolados por las cargas, los dolores o las preocupaciones que muchas veces pesan sobre el cuerpo y el espíritu. Por eso, estos lugares sagrados rebosan de consuelo y de misericordia. Lo que, en la práctica, significa también discernir sobre la elección de los sacerdotes para las confesiones, de modo que quienes se presenten en el confesionario no encuentren obstáculos para experimentar la plena reconciliación”, recomendó el pontífice a los rectores de santuarios.

Y subrayó Francisco: “El Sacramento de la Reconciliación es perdonar, siempre. Perdona, perdona siempre, como perdona el Padre. Perdonar”, reiteró el Santo Padre.

La primera preocupación, recomienda el Santo Padre a los rectores y operadores, es que esos espacios no se desvirtúen desde este punto de vista, cuidando la celebración de la Eucaristía y del Sacramento de la Reconciliación.

Recuperar el sentido de adoración
También es importante, subrayó el Papa, que se preste especial atención a la adoración en los Santuarios, considerando que "el ambiente y la atmósfera de nuestras iglesias no siempre nos invitan a reunirnos y adorar". 

“Hemos perdido un poco -dijo Francisco fuera del texto de su discurso- el sentido de adoración. Hay que retomarlo y fomentar en los peregrinos la experiencia del silencio contemplativo -lo cual no es fácil- y del silencio de adoración". Esto "significa ayudar a los peregrinos a fijar la mirada en lo esencial de la fe".

“La adoración no es un alejamiento de la vida; más bien es el espacio para dar sentido a todo, para recibir el don del amor de Dios y poder testimoniarlo en la caridad fraterna”.

El consuelo
Otro don que mencionó es el de la consolación, "el misterio de la consolación": "Vamos a los Santuarios también para ser consolados ", observó el Papa. "Cuántas personas van allí porque llevan en el espíritu y en el cuerpo una carga, un dolor, ¡una preocupación!", sostuvo.

Y agregó: “La enfermedad de un ser querido, la pérdida de un familiar, muchas situaciones de la vida son muchas veces causas de soledad y tristeza, que se colocan en el altar y esperan una respuesta. El consuelo no es una idea abstracta, y no está hecho ante todo de palabras, sino de una cercanía compasiva y tierna, que incluye el dolor y el sufrimiento. Cercanía compasiva y tierna. Este es el estilo de Dios: cercano, compasivo y tierno”.

Consolar equivale, pues, a "hacer tangible la misericordia de Dios". Por eso no puede faltar en los santuarios "el servicio de la consolación", indicó el Papa.

Recibir bien a los peregrinos
“¡Que en nuestros Santuarios abunden el consuelo y la misericordia!”, exclama el Sucesor de Pedro. Finalmente, habló de la esperanza, virtud que todo peregrino necesita, porque "vamos al Santuario para mirar al futuro con mayor confianza".

Según el Papa, el propio gesto de la peregrinación lo demuestra: quienes emprenden el camino buscan "un destino seguro al que llegar", "piden esperanza con sus oraciones", porque "saben que sólo una fe sencilla y humilde puede obtener la gracia que necesita". Por eso es importante que, al regresar a sus casas, "se sientan realizados y llenos de serenidad", recomendó.

El 2024, año dedicado a la oración con vistas al Jubileo
Al concluir su discurso, el Papa recuerda que el año próximo, en preparación al jubileo de 2025, será un año enteramente dedicado a la oración. Al respecto, anunció que, próximamente, se publicarán algunos manuales que "pueden ayudar a redescubrir la centralidad de la oración". “Serán una buena lectura, que nos estimulará a orar con sencillez”, informó. De ahí una invitación final: “Arremanguémonos y renovemos cada día la alegría y el compromiso de ser hombres y mujeres de oración. Oración del corazón, no como los loros. No. Desde el corazón”, concluyó.+