Martes 30 de abril de 2024

'El Evangelio nunca divide, siempre une', le recordó el Papa a la Iglesia coreana

  • 16 de septiembre, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Con ocasión de la instalación de una estatua de San Andrés Kim Taegon en el Vaticano, Francisco animó a los católicos coreanos a superar las divisiones mediante la esperanza contenida en la Palabra.
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“El deseo de dar al mundo la esperanza del Evangelio abre nuestros corazones al entusiasmo y nos ayuda a superar muchas barreras”, recordó el Papa Francisco a un grupo de peregrinos de Corea del Sur, a los que recibió este sábado 16 de septiembre.

Los peregrinos habían llegado a Roma para celebrar la bendición de una estatua de San Andrés Kim Taegon, el primer sacerdote y santo mártir de Corea, que fue instalada en un nicho en el exterior de la Basílica de San Pedro.

La audiencia del Papa con el grupo tuvo lugar en el 177º aniversario del martirio del santo, y el Santo Padre le agradeció a la profesora Maria Ko Jong-hee, quien esculpió la estatua.

En su discurso, el Papa Francisco recordó su viaje apostólico a Corea del Sur en 2014, durante el cual participó de la VI Jornada de la Juventud Asiática.

“Visité el Santuario de Solmoe, en la casa donde nació y creció San Andrés Kim”, dijo. “Allí oré en silencio, especialmente por Corea y por los jóvenes”.

El Papa elogió el testimonio cristiano de San Andrés Kim, diciendo que el santo invita a la Iglesia coreana a abrazar su vocación de manifestar el amor de Dios.

“Ustedes están llamados a una fe juvenil y vivaz, que se convierte en don, animada por el amor a Dios y al prójimo”, afirmó.

El Santo Padre recordó que San Andrés Kim deseaba mucho difundir el Evangelio, llevando a cabo su misión con “nobleza de espíritu, sin acobardarse ante los peligros y los múltiples sufrimientos”, y señaló que el abuelo y el padre del santo fueron también martirizados y que su madre se vio obligada a vivir como mendiga.

San Andrés Kim, añadió, nos invita a cultivar el celo apostólico y muestra cómo los cristianos están llamados a difundir con alegría la semilla del Evangelio.

Unidad en el evangelio
El pontífice señaló que la Iglesia de Corea se construyó sobre la sangre de los mártires y que necesita ser renovada aprovechando sus raíces y reconociendo el valor de los carismas de los laicos.

“Necesitamos ampliar el espacio de nuestra colaboración pastoral, para llevar adelante juntos el anuncio del Evangelio”, dijo, invitando a sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos a trabajar juntos abiertamente.

El Evangelio, añadió, “nunca divide, sólo une. Busca encarnarse y acercarse a cada cultura, dentro de nuestra historia, con mansedumbre y espíritu de servicio, sin crear contradicciones, sino siempre construyendo comunión”.

El Papa confió los deseos de paz del pueblo coreano a san Andrés Kim Taegon, recordando que el mártir  fue testigo de primera mano de la guerra cuando estudió en Macao durante las Guerras del Opio, y concluyó recordando que la próxima Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar en Seúl, Corea del Sur, en 2027.

“El corazón de los jóvenes”, dijo, “está hecho para horizontes más amplios”, y animó a los clérigos católicos en Corea a “cuidar de ellos, buscarlos, acercarlos, escucharlos y anunciarles la belleza del Evangelio, para que alcancen la libertad interior y se conviertan en testigos gozosos de la verdad y de la fraternidad”.+