Viernes 26 de abril de 2024

El Episcopado contará con una columna en el programa "Claves para un mundo mejor"

  • 10 de marzo, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
El sábado 7 de marzo los numerosos televidentes que ven el programa "Claves para un Mundo Mejor", que dirige el periodista Tito Garabal y que se emite por Canal 9 a las 9, notaron una novedad en la programación. En efecto, además de los dos tradicionales columnistas (el padre Mamerto Menapace y Mons. Héctor Aguer) desde ahora serán tres los columnistas editoriales, ya que se agregó la palabra de otro obispo. En esta ocasión fue el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. Oscar Ojea, obispo de San Isidro.
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Todos los sábados, a las 9 de la mañana, un importante número de televidentes se apresta a ver su programa favorito: "Claves para un mundo mejor", el "primer noticiero de buenas noticias de la televisión argentina", como fue calificado en una ocasión. El programa, cuyo estilo es el de mostrar gestos solidarios, acciones positivas, testimonios de vida, el trabajo cotidiano de la gente dando respuestas a los problemas, fue creado por el periodista Héctor “Tito” Garabal hace 30 años, quien desde entonces es su conductor.



Una particularidad del programa son sus dos columnas editoriales, esperadas con gran interés por los seguidores del programa, ya que en ellas se abordan temas y problemas de gran actualidad, desde el punto de vista eclesial. En los primeros años este espacio estuvo a cargo del recordado cardenal Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires. Tras su fallecimiento la ocupó el arzobispo de La Plata, ahora emérito, monseñor Héctor Aguer. Un segundo columnista editorial es el conocido padre Mamerto Menapace.



El pasado sábado 7 de marzo los televidentes se encontraron con una novedad. En efecto, a los dos tradicionales columnistas (el padre Menapace y Mons. Aguer) desde ahora serán tres los columnistas, ya que se agregó la palabra de otro obispo, en esta ocasión el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro, ya que es propósito de la dirección permitir que diferentes obispos hagan llegar al público su palabra orientadora.



Satisfacción del presidente de la CEA

Antes de iniciar el espacio, monseñor Ojea manifestó que se sentía honrado por participar justamente cuando "Claves para un mundo mejor" cumple 30 años de emisión y se refirió a la importancia que tienen los medios de comunicación para la Iglesia "pues a través de ellos acompañamos a nuestro pueblo, intentamos iluminarlo con la Palabra de Dios y con nuestro testimonio, y tratamos de decir qué estamos haciendo, cómo vemos la realidad, y nos comunicamos con nuestro pueblo. Por eso estoy muy contento de hacer este servicio”.



Sobre su tarea como presidente del episcopado comentó: “En primer lugar soy un “primus inter pares", soy un obispo más y mis hermanos me han elegido para coordinar algunas cosas como las reuniones plenarias y la Comisión Permanente, lo que para mí es un servicio de unidad, de comunión. Cada día, a medida que pasa el tiempo, hay que asumir una realidad nueva porque cada día la Iglesia debe enfrentar situaciones nuevas. Es un servicio que lo vivo con alegría y con paz”.



Sí a las mujeres, sí a la vida

En su reflexión televisiva, el prelado convocó a la Misa que al día siguiente, domingo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, iban a celebrar los obispos del país en la basílica de Luján con el lema: “Sí a las mujeres, sí a la vida”. Lo hizo con las siguientes palabras:



“Les hago una invitación a todos para reunirnos en la Misa de mañana, en el Santuario de la Virgen de Luján. Celebramos el Día Internacional de la Mujer y queremos celebrar y agradecer al Señor todo lo que las mujeres nos dan en nuestra vida, cómo marcan nuestro corazón. Madres, vecinas, amigas, compañeras de trabajo, hermanas. Mujeres que han dado todo, que nos han dado la vida. También las mujeres de nuestras comunidades eclesiales: misioneras, catequistas, coordinadoras de grupos y comunidades, docentes, mujeres que presiden entidades educativas”.



“Hemos recibido tanto de nuestras mujeres que por eso queremos celebrarlas. También tenemos mujeres santas que queremos honrar en este día junto a la Virgen de Luján y, al mismo tiempo, celebrar la cercanía de las mujeres con la vida. El lema de este encuentro eucarístico es “Sí a las mujeres, sí a la vida” porque a través de ellas recibimos el don de la vida, como a través de María recibimos a Jesús. Vamos a reunirnos también para pedirle una vez más a la Virgencita que proteja y cuide la vida de cada uno de los argentinos que se va gestando en el vientre de las madres”.



“Ella es Madre y sabe de nuestra preocupación, sabe lo que ponemos delante de Ella. Lo vamos a hacer juntos, vamos a venir desde distintos rincones de la Patria para reunirnos en esta Eucaristía junto a la Madre del pueblo argentino. Los espero, de todo corazón, junto con mis hermanos los obispos y con todo el santo pueblo fiel de Dios que se reunirá mañana a las 11 en esta Eucaristía. Que Dios los bendiga”.



El tiempo litúrgico de Cuaresma

Por su parte, el arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, reflexionó sobre el tiempo litúrgico de Cuaresma explicando que “se trata de ese período de 40 días de preparación a la celebración de la Pascua. Todos los años disponemos de este período providencial para que la Pascua sea, efectivamente, lo que la Iglesia quiere que sea. Es decir una participación intensa, en el espíritu, en la muerte y la resurrección de Cristo”.



Comenzó recordando que “la Cuaresma tiene una historia larguísima pues se celebra desde los primeros tiempos de la Iglesia. En el fondo lo que se quería hacer era imitar el ayuno de Cristo en el desierto. Son 40 días y además la cifra 40 en la Biblia, en el Antiguo Testamento, es muy importante y tiene un valor simbólico muy grande, implica una cierta totalidad”.



El prelado citó la enseñanza del papa San León Magno, en el siglo V, quien sostenía que “el ayuno no consiste tanto en privarse de alimentos como en privarse de los vicios para que no sea como los fariseos que uno ayune pero después viva de cualquier manera. El mismo papa San León dice que en realidad en la Cuaresma debemos hacer, de un modo más intenso y con mayor entrega, lo que el cristiano debe hacer siempre. O sea que no es una cosa tan extraordinaria sino que la Cuaresma tiene que ayudarnos a entender cómo debe ser nuestra vida el resto del año”.



Finalmente, monseñor Aguer aconsejó “ayunar en la medida que podamos y sobre todo ayunar de los vicios. Por ejemplo el telefonito, por ejemplo la televisión, quitar algún tiempito a esos usos. Eso ya sería un ayuno formidable y bien actualizado. Y después el intento de convertirse. Algunos pueden decir ya estoy convertido, soy cristiano, soy bautizado, pero cada vez que nos confesamos, por ejemplo, uno de alguna manera resume la vida entera y hace el propósito de vivir plenamente en gracia de Dios, quiero vivir la gracia de Dios hasta su plenitud que es lo que el Señor quiere de nosotros”.+