'Hay que correr la piedra de la intolerancia, la desesperanza y el individualismo'
- 20 de abril, 2025
- Buenos Aires (AICA)
Lo pidió arzobispo porteño García Cuerva en la Vigilia Pascual. "Sólo así podremos respetarnos, mirar el futuro con alegría, tratarnos como hermanos y vivir la fraternidad", aseguró.
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió la Vigilia Pascual en la catedral metropolitana, donde la luz, el agua y la alegría de la Buena Noticia fueron los signos que marcaron esta celebración eucarística.
El templo en penumbras esperaba expectante a la luz que ilumina al mundo entero. Así empezó la Vigilia Pascual.
El cirio pascual se encendió, y su luz se fue esparciendo entre los fieles. "Esta es la noche", aclamó el pregón pascual. La noche en la que la Nueva Alianza se sella, regalando a todos los hombres una nueva vida.
Tras las lecturas y los salmos recordando toda la historia de la salvación, las campanas de la catedral tintinean la Buena Nueva y el altar se llena de la luz del cirio. Fue entonces cuando se entonó el Aleluya.
En su reflexión, monseñor García Cuerva reconoció que, al igual que las mujeres fueron con perfumes "para tapar el mal olor que se suponía que había en la tumba", nosotros hoy también "tapamos problemas o escondemos problemas. No hablamos de lo que nos pasa, no reconocemos lo que nos pasa".
"El problema es que eso se transforma después como en una olla a presión. Porque aquello que no se habla se termina actuando, aquello que no se enfrenta termina creciendo y el problema se nos hace más grande", advirtió.
Tomando la imagen de la piedra corrida que relata el Evangelio, el arzobispo porteño invitó a correr "la piedra de la intolerancia, la piedra de la desesperanza y la piedra del individualismo".
"Sólo allí podremos entonces aprender a respetarnos. Sólo así podremos aprender a tener esperanza y mirar el futuro con alegría. Sólo así podremos tratarnos como hermanos y vivir la fraternidad", aseguró.
Como las mujeres del Evangelio, monseñor García Cuerva insistió en llamar a levantar la mirada y recordar: "Ha resucitado. No busquemos entre los muertos al que está vivo. Levantemos la mirada. Volvamos a pasar por el corazón el anuncio de la Pascua", sostuvo.
"Creo que estamos llamados a tener un compromiso tan grande como el de aquellas mujeres. A poder, de verdad, anunciar que Jesús está vivo y hacerlo con alegría", aseveró García Cuerva y agregó: "Hoy nosotros estamos aquí creyendo en Jesús Resucitado, tendremos que contagiarnos de esa alegría para que también dentro de dos mil años haya gente que siga creyendo que Jesús está vivo".
La celebración continuó con la renovación de las promesas bautismales al canto coral de "sí, renuncio" y el "sí, creo" de todos los fieles.
Tras la comunión y la bendición final, el arzobispo se despidió diciendo: "¡Viva Cristo Resucitado! ¡Viva Jesús! ¡Viva la Iglesia! Felices Pascuas para todos".+