Jueves 25 de abril de 2024

Chicos con discapacidad del Arca de Benavidez recibieron la confirmación

  • 17 de noviembre, 2021
  • Benavídez (Buenos Aires) (AICA)
Con emoción, Verónica Rodríguez, del equipo coordinador de El Arca, expresó que "lo importante es acercar a los chicos a Jesús", de la misma manera que algunos acercaron al paralítico en Cafarnaún.
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La comunidad de “El Arca” de Benavidez se mostró agradecida porque once chicos con discapacidad de la comunidad, junto con cuatro jóvenes scouts, con quienes comparten muchas actividades recreativas y eclesiales, recibieron el sacramento de la confirmación. La celebración estuvo presidida por el obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Raúl Pizarro, en la parroquia Nuestra Señora del Carmen. 

El Arca tiene su sede en Boulogne, Buenos Aires y es una comunidad interreligiosa, donde conviven personas con discapacidades mentales.  Es un hogar que ofrece talleres donde los chicos realizan actividades y producen elementos de acuerdo con sus capacidades, y se dedican a su venta en ferias de colegios, parroquias, capillas.

Hace cinco años en Benavidez se formó un equipo de voluntarios que visita a las familias que tienen personas con discapacidad mental “para escuchar cuál es el grito de esa comunidad”, expresó Verónica Rodríguez Artola, coordinadora del Equipo de Benavidez, a AICA.

“Sus familias fueron contando que los chicos con discapacidad no fueron visibilizados en su territorio, que solamente fueron integrados cuando asistían a la escuela especial dependiente de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, y que a partir de su egreso, comenzaron la búsqueda de un espacio donde puedan ser aceptados y queridos como personas”.

Verónica confesó que la confirmación de los chicos fue un acontecimiento emocionante y movilizante, para lo cual se prepararon con mucho tiempo y dedicación. Tuvieron encuentros formativos cada sábado, llevados a cabo por las catequistas del Equipo de Catequesis Especial Diocesano, encabezado por el presbítero Diego Aquino.

En los encuentros de catequesis preparaban el almuerzo para los padres y los chicos, y en algunos casos, las catequistas tenían que ir a buscarlos a sus casas. Verónica resaltó la pregunta: “¿Por qué ese sacrificio?” y señaló: “Estábamos haciendo lo mismo que hacían los amigos que llevaban al paralítico en una camilla en Cafarnaún para llevarlo a Jesús, y abrieron el techo para sacarlo. Nosotros estábamos haciendo lo mismo, acercando a los chicos a Jesús”.

En ese sentido, reparó: “Llevaron al paralítico a Jesús y después se encargó Él. Nosotros los acercamos al Espíritu Santo para que él les de fortaleza, sabiduría y sus siete dones. Les damos la misma posibilidad que tienen los demás que es acercarse a Jesús”. 

Con relación a esto, recordó con emoción una escena que vivió en la ceremonia: “Un de las nenas fue una de las primeras en entrar y entró saltando y matándose de risa, y era lo más puro que podía haber. Cuando vas a una confirmación, los chicos entran como nerviosos, y a veces hay cosas muy tensas. Esta nena entró saltando, con una alegría que viene de la inocencia”. Y concluyó que lo importante no es que los chicos entiendan qué es el Espíritu Santo, “lo importante es acercarlos, el contacto con Dios, y ahí obra el Espíritu en los chicos”.+