Viernes 26 de abril de 2024

Cercanía y pedido de paz en Ucrania de la Iglesia en las Américas

  • 25 de febrero, 2022
  • Bogotá (Celam) (AICA)
El dolor, la necesidad de oración, de ayuda y de paz están en el corazón de los obispos -entre ellos el Celam- y fieles católicos de las Américas, tras la invasión militar de Rusia a Ucrania.
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El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) expresó su preocupación por la situación en el país y se unió al llamado del papa Francisco a los responsables políticos para que, a partir de un examen de conciencia, dejen de lado todo lo que provoca un sufrimiento y desestabiliza la convivencia.

Así lo afirma en un comunicado firmado por monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo (Perú) y presidente de la entidad; y el cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de San Pablo (Brasil) y vicepresidente primero del organismo regional.

En unión con Francisco, el Celam invitó a las 22 conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, a las instituciones eclesiales del continente y a todos los hermanos y hermanas de buena voluntad a adherir a la jornada de oración y ayuno por la paz, convocada por el Obispo de Roma para el próximo 2 de marzo (Miércoles de Ceniza).

Al mismo tiempo, el Celam animó a interiorizar el mensaje del Papa para la Cuaresma de este año, en el que realiza un llamado a no cansarnos de hacer el bien.

Junto al Papa, piden que “la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra”, manifestaron.

“Busquen medios no violentos para resolver las disputas”
Por su parte, las Conferencias Episcopales de las Américas no tardaron en comunicar su cercanía con el pueblo ucraniano, en adherir a la jornada de oración y ayuno por la paz y en clamar el cese de las hostilidades.

El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Canadiense, hizo pública su solidaridad con el jefe de la Iglesia Católica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, al unísono con el Patriarca Ecuménico Bartolomé. “Con el pueblo de Ucrania, así como con los canadienses de origen y descendencia ucraniana, animamos a los fieles y a todas las personas de buena voluntad a rezar por el inminente restablecimiento de la paz, el diálogo y la fraternidad humana”.

Añadieron que, conscientes de las “lamentables lecciones sobre la violencia” aprendidas en la historia de la humanidad, imploran a todos los implicados a “buscar medios no violentos para resolver las disputas y los desacuerdos”. Recordaron, además, que el uso de la fuerza militar “no favorece el diálogo y la paz, sino que pone en peligro la vida humana inocente, la dignidad de la persona humana y la seguridad de todas las personas atrapadas en este conflicto”.

“Invocamos la tierna misericordia de Dios”
El arzobispo de Los Ángeles, monseñor José H. Gómez, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, emitió una breve declaración en la que subraya que, en tiempos de angustia, “invocamos la tierna misericordia de Dios, para que guíe nuestros pasos por el camino de la paz”.

“Aún hay tiempo para la buena voluntad”
La Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) recordó las palabras del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, quien en su declaración del 24 de febrero dijo que “aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay espacio para la negociación, aún hay lugar para el ejercicio de una sabiduría que evite al mundo la locura y los horrores de la guerra”.

También solicitan que, al final la eucaristía del domingo 27 de febrero, se imparta la bendición solemne con el Santísimo Sacramento del Altar.

“Por una inversión permanente en la fraternidad universal”
En Brasil, el presidente de la CNBB, monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, consideró que “la guerra es la expresión máxima del odio, independientemente de las dimensiones del conflicto. La invasión de Rusia a Ucrania es signo del fracaso humano en la construcción de la paz”.

“Que nuestra oración y nuestra fe nos mantengan firmes en el compromiso con la paz”, auguró, y recalcó la necesidad de acciones conjuntas veloces de los gobernantes, líderes mundiales y políticos “para reparar el daño causado por los conflictos que matan a personas inocentes, desestabilizan el mundo, amenazan a las naciones y cubren la historia de la humanidad con la sombra de la muerte”. “Que la inversión permanente sea en la fraternidad universal, sin demoras o justificaciones”, reafirmó el prelado brasileño.

Además de acoger el pedido del Papa para el 2 de marzo, la CNBB desea continuar las Jornadas de Oración y Misión por la Paz. Por esta razón, la Comisión Episcopal de Pastoral para la Acción Misionera y la Cooperación Intereclesial de la CNBB y la Fundación Pontificia “Ayuda a la Iglesia Necesitada” (ACN) realizarán ese día una jornada conjunta de oración y misión por la paz en Ucrania.+