Lo afirmó el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, monseñor Sviatoslav Shevchuk, en el marco de la visita que realiza a Francia.
La mediación del cardenal italiano Matteo Zuppi se centra principalmente en aspectos humanitarios, como el intercambio de prisioneros y los niños ucranianos deportados.
Pidió que cesen los ataques contra la población civil y las fuerzas de paz en el Líbano. También exhortó a "no dejar morir de frío a los ucranianos" y se refirió a la situación "dramática" en Haití.
El jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana fue recibido por el pontífice, a quien le informó sobre "el desastre de la guerra y los desafíos que se avecinan para el invierno".