Con motivo de la Jornada Mundial de Ayuno y Oración por la Paz, convocada por la UISG, el arzobispo mayor de Kiev renovó su fe "en que Dios escuchará el clamor por la paz".
A través de la Limosnería Apostólica, partieron desde Roma paquetes de alimentos para los habitantes del pueblo de Staryi Saltiv y de Shevchenkove, golpeados por los bombardeos rusos.
El obispo Visvaldas Kulbokas advierte del aumento de explosiones que dañaron estructuras en la Nunciatura Apostólica, "Impresiona escuchar explosiones tan cercanas", manifestó.
Al recibir a los miembros del Santo Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana, el pontífice aseguró que reza para que la paz regrese a Ucrania "lo antes posible".