Celebración siriana ortodoxa en Villa Ortúzar
- 7 de marzo, 2018
- Buenos Aires (AICA)
Al cumplir cien años la Asociación de Beneficencia Siriana el arzobispo de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía, monseñor Crisóstomo Ghassali, ofició el domingo 4 de marzo una divina liturgia (misa) en la iglesia San Efrén, en el barrio de Villa Ortúzar. Asistieron los embajadores de Siria y del Líbano; el presidente del Centro Islámico y representantes de distintas comunidades cristianas.
Ese pequeño templo, inaugurado en 1933, fue pintado de blanco para este centenario, al igual que el salón de reuniones contiguo.
Junto a imágenes de Jesucristo y de la Virgen María, el templo exhibe en sus paredes retratos de los santos Jacobo Baradeus, Elian, Severus de Antioquía, Filoxero de Maburg, Mateo el Ermitaño e Ignacio de Antioquía. Y en un costado muestra las fotos de dos obispos de Aleppo, Siria, que fueron secuestrados hace casi seis años y permanecen desaparecidos: Mor Gregorios Yuhana Ibrahim, siriano ortodoxo, y Mor Pablo Yazijim, ortodoxo griego.
Asistieron en primera fila el encargado de negocios de Siria, Muhammad Maher Mahfouz, y el embajador de Egipto, Amin Meleika.
Concelebró la liturgia el primer sacerdote siriano ortodoxo ordenado en la Argentina, Rubén Azar, que había sido diácono desde 1992 y recibió el orden sagrado en La Plata en enero último.
El patriarca siro-ortodoxo de Antioquía y de todo el Oriente, monseñor Ignacio Aphrem II Karim, con sede en Damasco, envió una carta de saludo, que fue leída en la celebración.
"Guárdanos, Señor, sin pecado hasta el fin de nuestros días", se rezó en una liturgia con muchas inclinaciones de cabeza en señal de alabanza a Dios, diversos cantos (en castellano y en arameo), incienso, cierre para la vista de los fieles de la cortina del iconostasio en la consagración, numerosas bendiciones y señales de la cruz, rezo del Padrenuestro. Este se rezó según la versión que antes se rezaba en las iglesias católicas, diciendo "perdónanos nuestras deudas" en lugar de "perdona nuestras ofensas".
En la ceremonia se alabó a la Santísima Trinidad y se pidió su protección para ayudar a los refugiados que vienen de Medio Oriente.
El metropolita de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de Antioquía, monseñor Siluan, entregó a monseñor Crisóstomo una copia de un ícono antiquísimo de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que conserva y reproduce incluso sus rajaduras y la parte donde ha saltado la pintura.
Concluida la liturgia, el arzobispo Ghassali descubrió y bendijo una placa recordatoria en el muro exterior de la iglesia, que celebra el centenario "por la gloria de Dios".
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El metropolita Siluan, de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de Antioquía; monseñor Crisóstomo, arzobispo de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía; Claudia Russo Bernagozzi, de la Secretaría de Culto de la Nación; el encargado de negocios de la embajada de Siria, Hamzeh Dawalibi, y el embajador de Egipto, Amin Meleika y Aníbal Bachi Bakir, presidente del Centro Islámico de la República Argentina.
Por la parte oficial estuvo presente la licenciada Claudia Russo Bernagozzi, coordinadora de la Secretaría de Culto de la Nación.
Luego hubo un encuentro en un amplio salón contiguo a la iglesia, donde se compartió una cena. Ese salón ha sido remozado y sus paredes han sido decoradas con grandes fotografías de monasterios e iglesias sirianas en distintos países.
En tres mesas se habían distribuido fotos históricas de actividades de la comunidad siriana en la Argentina, tomadas en diferentes décadas, para que pudieran verlas los presentes. También había ejemplares encuadernados de una revista en arameo que se editó en Buenos Aires en los años cincuenta, con la grafía propia de esta antigua lengua, que hablaba Jesucristo.
En breves palabras, el presidente del Centro Islámico de la República Argentina, Aníbal Bachi Bakir, señaló la importancia que debe asignarse a la convivencia entre los sirios musulmanes y cristianos, que comparten el amor a su tierra y deben servir a la humanidad.
El encargado de negocios de Siria deseó que vuelva la paz a su país y destacó el papel de quienes aquí tienen a Siria como su segunda patria. El ex legislador porteño y dirigente de La Alameda Gustavo Vera hizo un saludo y compartió la cena, así como había asistido al acto religioso.
Una señora mayor, sentada en silla de ruedas, hija de unos de los fundadores de la Asociación de Beneficencia Siriana, Nelly Dojas, leyó con voz encendida un escrito valorando el legado recibido de los mayores.
Entre otros asistieron al acto religioso el padre Gabriel Coronel, de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de Antioquía; María Luisa D?Osualdo de Cárdenas, católica, de la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en la Argentina (CEICA); el diácono permanente católico Rodolfo Sánchez Rubio y Juan Víctor Szymko, miembros de la comisión de ecumenismo de la diócesis de San Justo; Marco Gallo, de la Comunidad San Egidio; la pastora Ester Iglesias, de Discípulos de Cristo; María Florencia Uriburu y Claudette Dubois, católicas de actuación en el campo ecuménico; la doctora Vilma Nora Alí, de la comunidad libanesa maronita, abogada especializada en radiodifusión que habilitó la existencia de radios católicas, y el abogado platense Raúl Jasale y otros miembros de la comunidad siriana ortodoxa.+