Jueves 8 de mayo de 2025

Cartas al cielo: emotivo adiós a Francisco de alumnas del Buen Consejo

  • 7 de mayo, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
Con palabras sencillas y dibujos llenos de amor, las niñas del colegio de Barraccas despidieron al Papa, recordándolo como un amigo cercano y agradeciendo su cercanía con el barrio.
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"Bienvenido al Cielo", escribieron con lápices de colores las alumnas del Colegio Buen Consejo, ubicado en el corazón de Barracas, en la ciudad de Buenos Aires. Con la sinceridad que solo los niños pueden transmitir, despidieron al Papa Francisco, a quien consideran más que un líder religioso: un amigo cercano, un padre espiritual.

Las cartas  -repletas de palabras simples pero cargadas de amor-  expresan tristeza, gratitud y oración. "Te extrañamos, pero sabemos que estás en el cielo", escribe una alumna. Otra agrega: "Gracias por rezar por nosotras. Nosotras vamos a rezar por vos". Entre frases y dibujos, se revela una profunda relación tejida a lo largo del tiempo, una historia de cercanía que comenzó cuando Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires y visitaba la Villa 21-24, confirmando a muchas de estas niñas o a sus hermanas mayores.

El Papa Francisco no fue un desconocido para la comunidad del Buen Consejo. Fue alguien que caminó sus calles, que tomó mate con sus familias, que bendijo con cariño en las Jornadas de Educación del santuario de Caacupé. Hoy, su partida ha despertado un torrente de recuerdos y agradecimientos. Para las niñas, que no vivieron su época como arzobispo, su figura sigue viva en los relatos diarios, en la oración de cada mañana, en los gestos de quienes sí compartieron tiempo con él.

"Ahora estás en un lugar más lindo, y ya no te va a doler la rodilla que te operaron", le escribió una niña de tercer grado. Y ese mensaje, ingenuo y profundo a la vez, resume el espíritu de toda una comunidad que lo siente suyo.

Desde el colegio, también recuerdan con emoción la carta que el Papa escribió en ocasión del centenario de la institución, donde alentó a seguir sembrando educación con amor en los barrios populares. "Han sabido sembrar bien", escribió. Para Susana Fernández Pedemonte, directora del Colegio Buen Consejo, esas palabras fueron un impulso para seguir caminando: "Fue como si ese reconocimiento volviera hacia él en forma de gratitud mutua. Él conocía a nuestras familias y valoraba profundamente esta misión".

El legado del Papa no se mide solo en gestos públicos, sino en las huellas que dejó en quienes lo conocieron de cerca. Hoy, en el Buen Consejo, esa huella se transforma en compromiso: seguir siendo un lugar de esperanza, educación y contención para los chicos y chicas de la Villa 21-24.+