Viernes 19 de abril de 2024

Ángelus: La gracia de Dios es siempre más potente que el mal

  • 21 de junio, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El papa Francisco animó este domingo a no tener miedo a ser fuerte y seguros ante la adversidad, lo hizo en su reflexión previa al rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico
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Al presidir este domingo el rezo de la oración mariana del Ángelus, desde la ventana del Palacio Apostólicos ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el pontífice reflexionó sobre el Evangelio de hoy en el que Jesús anima a sus apóstoles a “no tener miedo”.

El pontífice animó a no tener miedo, a ser fuertes y seguros ante la adversidad. Como los apóstoles y cristianos de nuestros días, perseguidos y amenazados, incluso físicamente, la exhortación del Papa es confiar en Jesús, porque es "un Padre nos cuida" en tiempos de adversidad y peligro.

Comentando el Evangelio, Francisco subrayó que Jesús invita a sus apóstoles a “no tener miedo”, describiendo “tres situaciones concretas que ellos se encontrarán a afrontar”.

La primera es “la hostilidad de cuantos querrían hacer callar la palabra de Dios, endulzándola o haciendo callar a quien la anuncia”. Los discípulos deben “anunciar desde las terrazas”, o sea públicamente, su Evangelio”.

La segunda dificultad es la persecución hasta la muerte. “¡Cuántos cristianos -dijo Francisco- son perseguidos también hoy! Ellos) sufren por el Evangelio y con amor, son los mártires de nuestros días. Y son más hoy que aquellos del pasado. No debemos dejarse asustar por cuantos tratan de apagar la fuerza evangelizadora con la arrogancia y la violencia. El único miedo que el discípulo debe tener es el de perder la cercanía, la amistad con Dios”.

La tercera prueba es cuando los discípulos tendrán la sensación “que Dios mismo los haya abandonado, quedando distante y silencioso”. El Papa recordó que “también Jesús” probó esta experiencia en el huerto de los olivos y en la cruz. Y agregó: “El Padre se ocupa de nosotros, porque grande es vuestro valor a sus ojos. Lo que importa es la franqueza del testimonio de fe: ‘reconocer a Jesús delante de los hombres” e ir adelante haciendo el bien”.

“María Santísima -concluyó- modelo de confianza y de abandono en Dios en la hora de la adversidad y del peligro, nos ayude a no ceder jamás al desesperar, sino confiar siempre a Él y a su gracia, más potente que el mal. La gracia de Dios es siempre más potente del mal”.

Después de la oración del Ángelus, citando la Jornada mundial ONU del refugiado, el Papa dijo que “la crisis provocada por el coronavirus puso en luz la exigencia de asegurar su dignidad y seguridad”. E invitó a todos a rezar y ser factores en la “protección de todo ser humano, en particular de cuantos fueron obligados a escapar por situaciones de grave peligro para ellos y sus familias”

Francisco luego hizo notar que durante la cuarentena por la pandemia hemos redescubierto “la belleza de tantos lugares libres del tráfico y de los ruidos. Ahora con el reinicio de las actividades debemos ser más responsables del cuidado de la casa común”. Y citó algunas iniciativas “desde abajo” para la defensa y el cuidado del ambiente.

Al final, saludando a los jóvenes, dijo: “Hoy recordamos a San Luis Gonzaga, un joven lleno de amor por Dios y por el prójimo que murió muy joven aquí en Roma, porque se ocupaba de cuidar a los enfermos de la peste. A su intercesión confío a los jóvenes de todo el mundo”.