El arzobispo de Bahía Blanca destacó la figura del Buen Pastor en el Evangelio y trazó un perfil del nuevo papa León XIV, a quien definió como "un regalo de Dios para la Iglesia".
El arzobispo de Bahía Blanca invitó a vivir el envío misionero, la alegría cristiana y el perdón cotidiano, señalando que el legado más grande no es material sino espiritual: haber conservado la fe.
A través de la colaboración de miles de voluntarios y vecinos, se distribuyeron alimentos, ropa, y artículos esenciales, mientras se priorizaba el acompañamiento emocional y psicosocial.
La Misa Crismal, marcada por el espíritu jubilar y la reciente adversidad vivida en la ciudad, contó con la presencia de autoridades civiles, religiosas y nuevas incorporaciones al servicio pastoral.