Hablándoles a los primados de la Comunión Anglicana, Francisco recordó que incluso los primeros cristianos tenían sus desacuerdos.
En un mensaje por el Día del Trabajador, insta a las autoridades nacionales y provinciales a "revisar las políticas públicas que atenten contra el mantenimiento y la seguridad del empleo genuino".
Francisco reza por las víctimas de las guerras en el mundo y por las de las inundaciones en Kenia, y lamenta que las inversiones más rentables sea las vinculadas a la industria armamentística.
Al encontrarse con los padres canosianos y los hermanos montfortianos de San Gabriel, Francisco los instó a fijar la mirada en el Crucifijo y a valorar la riqueza de la diversidad.