El cardenal Ángel Rossi presidió una misa durante la apertura de ese espacio, dedicado a contener y ayudar a personas atravesadas por distintas problemáticas de vulnerabilidad social.
El arzobispo de Córdoba reflexionó sobre dos tentaciones que presenta el Evangelio del domingo: la murmuración y la desesperanza, y animó a dejarse guiar por la Madre del Camino.
El arzobispo de Córdoba destacó la gracia del olvido de sí y sugirió que "el hacernos cargo de los pobres, de los que sufren, es condición necesaria para la validez existencial de la Iglesia".
En la columna religiosa de cada viernes en Bravo.Continental, el arzobispo de Córdoba reflexionó sobre la diferencia entre los padres buenos y los padres brillantes, a la hora de educar a los hijos.