El episcopado mexicano rechaza la lógica de confrontación y pide unir esfuerzos para sanar al país del dolor, la impunidad y el miedo.
En su mensaje conclusivo de la CXVII asamblea plenaria, los prelados bolivianos aseguran que "es posible salir de esta crisis, pero los primeros en comprometernos debemos ser nosotros mismos".
La Iglesia calificó de "espeluznante" la posibilidad de ofrecer la muerte como salida al dolor, pues implica "renunciar a ofrecer alivio, acompañamiento y consuelo" a las personas enfermas.
El obispo de Oklahoma City, monseñor Paul S. Coakley, fue elegido presidente de la conferencia de la Conferencia Episcopal y el obispo de Brownsville, monseñor Daniel E. Flores, vicepresidente.