Fueron las primeras palabras de Robert Francis Prevost, a partir de hoy el 267º Papa de la historia de la Iglesia, el primer pontífice estadounidense.
El humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina, acompañado por el repicar de las campanas de la Basílica de San Pedro, confirma que la Iglesia Católica ya tiene un nuevo pastor.
La elección continuará por la tarde con un máximo de dos votaciones. Ninguno de los cardenales consiguió los dos tercios de los votos.
En esta habitación, el nuevo sucesor de Pedro se despoja del color rojo cardenalicio para ponerse las vestiduras papales blancas.