Jueves 16 de octubre de 2025

Protección de menores: procedimientos simplificados y comunicación clara

  • 16 de octubre, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El segundo informe anual de la Comisión Pontificia dedica una reflexión central a la cuestión de la reparación y la compensación.
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El Segundo Informe Anual sobre las Políticas de Tutela en la Iglesia Católica, publicado este jueves por la Comisión Pontificia para la Protección de Menores (CPPM), ofrece un vademécum operativo, elaborado escuchando activamente a quienes han sufrido personalmente abusos.

Las directrices pretenden ayudar a las comunidades eclesiales a implementar "medidas restaurativas", siguiendo paso a paso el proceso de presentación de informes y pidiendo su simplificación general.

Las recomendaciones incluyen una escucha informada inicial, acceso a información sobre el caso y apoyo económico, psicológico y espiritual. Todo esto debe ir acompañado de declaraciones oficiales transparentes que reconozcan el daño causado y asuman públicamente la responsabilidad.

El arzobispo Thibault Verny, presidente de la Comisión Pontificia, nombrado por el papa León XIV en julio, describió esta misión como una "peregrinación perpetua".

Protocolo simplificado
La Pontificia Comisión para la Protección de Menores del Vaticano subraya en su segundo informe anual, la importancia de un protocolo simplificado para la renuncia y remoción de miembros de la Iglesia involucrados en situaciones de abuso.


"La Comisión enfatiza la importancia de comunicar públicamente los motivos de renuncia y/o remoción cuando la decisión esté relacionada con casos de abuso o negligencia", afirma el documento.

La organización destaca la necesidad de "preservar el debido respeto a los principios de privacidad y la presunción de inocencia".

En un texto de más de 200 páginas, la CPPM aborda las políticas y procedimientos adoptados por la Iglesia Católica para la protección de niños, adolescentes y adultos vulnerables en el año 2024.

Este segundo informe anual presenta conclusiones sobre el "estudio detallado de la Comisión sobre las reparaciones y su base teológico-pastoral, entendida como la responsabilidad de la Iglesia de acompañar a las víctimas y sobrevivientes en su camino de sanación y reparación", con un "vademécum" operativo.

La CPPM pide centros de escucha, subrayando que la Iglesia debe reconocer sus errores y pedir perdón, clara y públicamente, además de ofrecer apoyo espiritual y psicológico a las víctimas.

El apoyo financiero se entiende como uno de los múltiples elementos que componen las reparaciones, que implican también cambios en las estructuras internas y la implementación de medidas disciplinarias, profilácticas y educativas para prevenir nuevos casos, involucrando a toda la comunidad.

"Las normas, costumbres y prácticas de los sistemas jurídicos de cada país varían en cuanto a la disponibilidad de compensación financiera para las víctimas y sobrevivientes que han sufrido abusos sexuales en un contexto católico", señala el documento.

Además de la cuestión de la compensación financiera ordenada por el tribunal, queda la pregunta de si la Iglesia proporcionará voluntariamente una compensación financiera más allá del pago de servicios específicos (atención médica, terapéutica y psicológica) a las víctimas y los sobrevivientes".

El informe anual aborda el papel del Grupo Focal de Víctimas y Sobrevivientes, con representantes de las cuatro regiones globales, valorando sus perspectivas en la formulación de políticas de protección, y también pide "la creación de una red de educación superior que incluya centros de investigación en universidades católicas especializados en derechos humanos, prevención del abuso y protección".

"Solo cuando los procedimientos canónicos se incorporen a las realidades locales, cuando las políticas se traduzcan en una vigilancia permanente a nivel parroquial, en formación en los seminarios y casas religiosas, podremos empezar a trazar un camino de vida", escribe monseñorThibault Verny.

El informe cita también la expansión de la iniciativa 'Memorare', un programa de formación en protección en países del sur global, con 20 acuerdos en vigor y otros 12 en negociación en todo el mundo, incluidas diócesis de habla portuguesa.

La CPPM fue creada por el Papa Francisco en 2014 y, desde 2022, forma parte del organigrama de la Curia Romana, vinculada al Dicasterio para la Doctrina de la Fe.+