En su reflexión por el mes del Sagrado Corazón, el obispo de Neuquén consideró que este texto pontificio es el legado espiritual del papa Francisco para estos tiempos.
En la fiesta de la Ascensión, el obispo de San Francisco animó a los fieles a renovar la esperanza cristiana y a anunciar con valentía que la vida tiene una meta que nos trasciende.
El obispo diocesano confirió ese ministerio al seminarista Ezequiel Pi Dote en la parroquia Santo Cristo de Lanús. "Ser diácono es aprender a vivir de rodillas", manifestó el prelado.
La celebración será el próximo viernes 6 de junio, a las 13, en la iglesia porteña de Santa Catalina de Siena. Convoca, como lo hace cada año desde hace décadas, el Club Gente de Prensa.