La familia salesiana recibió a un nuevo hijo en el orden sacerdotal

Gustavo Ortiz recibió el presbiterado por imposición de manos del obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Alejandro Musolino SDB. "El sacerdote es el más pobre de los hombres", dijo el prelado.

El obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Alejandro Musolino SDB presidió la ordenación sacerdotal Gustavo Ortiz SDB en la casa salesiana Buen Pastor, de la localidad bonaerense de Isidro Casanova. Fue el 31 de mayo y llevó por lema "No hay mayor amor que dar la vida".

Concelebraron la Eucaristía el padre inspector de los salesianos de Argentina Sur, padre Darío Perera SDB, junto con varios sacerdotes. Participaron también diáconos y personas, entre ellos varios hermanos coadjutores de la congregación, los padres de Ortiz junto con otros familiares y amigos de las distintas casas por donde pasó durante su tiempo de formación salesiana y de preparación sacerdotal.

En la homilía, a partir de la lectura de una cita del evangelio de Juan, que inspiró el lema sacerdotal de Ortiz, monseñor Musolino recordó que "el amor de Jesús por nosotros no tiene límites: cada vez más. No se cansa de amar. A ninguno. (aunque muchas veces haya cosas que no podamos comprender)".

"Nos ama a todos, hasta el punto de dar la vida por nosotros. Sí, dar la vida por cada uno de nosotros. Y cada uno puede decir sin equivocarse: 'Dio la vida por mí'. Ha dado la vida por vos, por vos Gustavo, por mí, por cada uno, con nombre y apellido", agregó.

"Su amor es así: personal, nos propone una amistad profunda. El amor de Jesús nunca defrauda, porque Él no se cansa de amar, quiere abrazar tu vida, y por la vocación que te regaló, quiere, a través tuyo, abrazarnos a todos, especialmente a los jóvenes más frágiles, a los más necesitados", enfatizó.

El obispo auxiliar de Córdoba describió las características de un sacerdote: "La inmensa grandeza del don que nos es dado para el ministerio, nos relega entre los más pequeños de los hombres. El sacerdote es el más pobre de los hombres, si Jesús no lo enriquece con su pobreza; el más inútil siervo, si Jesús no lo llama amigo; el más necio de los hombres, si Jesús no lo instruye pacientemente como a Pedro; el más indefenso de los cristianos, si el Buen Pastor no lo fortalece en medio del rebaño", subrayó. 

Y agregó: "Nadie más pequeño que un sacerdote, dejado a sus propias fuerzas; somos sacerdotes porque Él miró con bondad nuestra pequeñez, porque nos sacó de las oscuras quebradas, porque nos sentó a su mesa y llenó nuestra copa hasta el borde".

"Por eso, querido Gustavo, como buen hijo de Don Bosco, citando al papa Francisco, te animo a vivir tu ministerio en armonía con estas claves: cercanía a Dios y cercanía al pueblo", finalizó el prelado.

Las palabras del Padre Inspector
Antes de finalizar la Eucaristía, el padre Perera celebró la ordenación de un nuevo sacerdote de la familia salesiana y destacó: "Primero, gracias a Gustavo el don de su vida entregada a los jóvenes más pobres. Tavo te queremos mucho y esperamos que seas muy feliz ejerciendo el ministerio sacerdotal".

Y luego, se dirigió al obispo: "Un gracias especial también para Alejandro que nos ha prestado su ministerio episcopal para consagrar a Tavo en el servicio sacerdotal. ¡Gracias por tu cercanía, por tu fraternidad, por tu identidad de salesiano como pastor de la Iglesia, Alejandro!".

El agradecimiento del Padre Gustavo
Por su parte, el nuevo sacerdote agradeció a Dios la generosidad de "todo lo que me regala".

"Quiero agradecer a Dios por la vocación salesiana y por hacerme hijo de Don Bosco. Quiero agradecer al padre Alejandro la disponibilidad para esta celebración. Gracias por la oración y la cercanía de siempre", destacó.

"Gracias a mi familia, a mis hermanos porque son testimonios de familia que cuida y que sostiene, laburadores. Gracias a mis sobrinos que son mi alegría y mi luz. Gracias a mis familiares por acompañarme también. Son testimonio de quienes no bajan los brazos ante las dificultades y gracias a mi comunidad salesiana", concluyó.+