Nacida hacia la fecha del nacimiento de Cristo, en Magdala, costa occidental del lago de Genesaret, fue discípula de Cristo, estuvo en el Calvario y asistió a la muerte y entierro del Señor. Mereció ser la primera persona que vio a Jesús resucitado. El domingo fue con otras dos Marías al sepulcro, y al ver que no estaba allí el cuerpo de Jesús, corrió a anunciarlo a los apóstoles. Vuelta al sepulcro se encuentra con el hortelano a quien reclama el cuerpo del Maestro. Este pronuncia su nombre: "María", y la Magdalena reconoce a Jesús y se echa a sus pies. María Magdalena ya no se apartó de la compañía de los apóstoles y de la Madre de Jesús, hasta la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Se cree que murió en Marsella, Francia, hacia el año 66. La Iglesia conmemora hoy a María Magdalena, a quien Cristo se apareció después de la resurrección, por lo que la llama "Apóstol de los Apóstoles".