Nacido en Baviera, Alemania, fue monje y abad de la abadía de Altaich. Puede considerárselo como uno de los animadores de la cultura en el siglo XI. Sucedió a San Bernardo en Hildesheim (Sajonia), continuando sus obras artísticas, sus esfuerzos para facilitar la enseñanza de la juventud, sus construcciones de templos, escuelas y hospitales. Murió el año 1038. En memoria de San Gotardo, lleva su nombre el macizo montañoso de los Alpes de 3.000 metros de altura, donde nace el Rin y otros ríos europeos, y el famoso túnel de San Gotardo de 15 kilómetros de extensión.