Lunes 17 de noviembre de 2025

'Protejan la dignidad de los menores vulnerables' pidió el Papa a los consagrados

  • 17 de noviembre, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"En cada rostro humano, se refleja la bondad del Creador", escribió León XIV a los participantes en un encuentro organizado por la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
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El papa León XIV anima a los religiosos consagrados a construir comunidades que respeten la dignidad de cada persona, en un mensaje enviado a una conferencia promovida por la Comisión Pontificia para la Protección de Menores.

En su mensaje a los participantes a la conferencia titulada "Construyendo comunidades que salvaguarden la dignidad", el pontífice animó a los representantes de diversas conferencias religiosas y numerosos institutos de vida consagrada, apostólica y contemplativa, que asistieron al Encuentro a reflexionar sobre cómo construir comunidades que respeten la dignidad de todas las personas, especialmente de las más vulnerables.

La dignidad humana es un don de Dios
"La dignidad es un don de Dios, que creó al hombre a su imagen y semejanza. No se adquiere por mérito ni por la fuerza, ni depende de lo que poseamos o logremos. Es un don que nos precede: nace de la mirada de amor con la que Dios nos ha querido a cada uno de nosotros, y sigue queriéndonos", escribió el Santo Padre. 

Añadió: "En cada rostro humano, incluso cuando está marcado por las dificultades o el sufrimiento, se refleja la bondad del Creador, una luz que ninguna oscuridad puede extinguir".

El pontífice señaló que el cuidado y la protección de los demás son fruto de una mirada perspicaz y un corazón atento. Surgen del deseo de acercarse con respeto y ternura, de compartir las cargas y las esperanzas ajenas. "Es al asumir la responsabilidad por la vida del prójimo que aprendemos la verdadera libertad: aquella que no domina sino que sirve, que no posee sino que acompaña", puntualizó León XIV.

Amar a los demás con respeto, dulzura y un corazón libre
El Sucesor de Pedro añadió que la vida consagrada, expresión de entrega total a Cristo, está llamada de manera especial a ser un hogar acogedor, un lugar de encuentro y gracia. "Quien sigue el camino de la castidad, la pobreza y la obediencia descubre que el verdadero amor nace del reconocimiento de las propias limitaciones: de la certeza de ser amado incluso en la debilidad, y esto es precisamente lo que permite amar a los demás con respeto, ternura y un corazón abierto", escribió el Santo Padre.

Para concluir, León XIV expresó su apoyo a la labor de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores y animó a los religiosos consagrados a trabajar juntos para promover el "crecimiento de la Iglesia en una cultura de protección".+